NEON HEARTS

Capítulo 5: Tormenta Interior

Llena de determinación y una sonrisa despiadada en mi rostro, decidí llevar mi plan al siguiente nivel. No me detendré hasta que Lisa pague por todo lo que me ha hecho sufrir, estoy dispuesta a esparcir un rumor, así como ella lo hizo conmigo, pero lo haré mintiendo sobre su sexualidad, alegando que es lesbiana y que intentó humillarme porque la rechacé. Con mi influencia y carisma, me aseguraré de que las personas adecuadas escuchen y crean en la historia falsa, sembrando la duda en la mente de todos y provocando un escándalo.

El rumor se propagó como un incendio incontrolable en el club. Los murmullos y las tensiones llenan el ambiente, mientras todos hablan sobre la supuesta orientación sexual de Lisa. No puedo evitar sentir una satisfacción retorcida al verla enfrentarse a las acusaciones falsas. Pero, en el fondo, sé que esto es solo el comienzo de mi venganza.

Cuando la rubia llegó al club, la observé desde la distancia. Sus rostro reflejó sorpresa e indignación al escuchar con sus propios oídos lo que dicen de ella, sé que sabe que las acusaciones son falsas, pero ella se encuentra en una posición vulnerable. A medida que se iba acercando a mí, pude ver el enojo en su rostro, lista para confrontarme.

La discusión que se desató fue terrible, nos gritamos y lanzamos palabras afiladas, tratando de lastimarnos mutuamente. Lisa no se dejó intimidar y me miró con desprecio.

—Ni aunque fuera lesbiana, Jennie, jamás saldría contigo, eres todo lo contrario a lo que me atrae, deja de auto humillarte y de arrastrarme contigo, ¡Déjame en paz!

La rabia me consumía poco a poco y no pude contenerme.

—Tú no sabes lo que estás diciendo, soy mucho más de lo que puedes manejar, eres una completa inmadura y buena para nada.

Mis palabras la golpearon con fuerza, vi el dolor reflejado en sus ojos y con satisfacción en los míos, seguí adelante, lanzando dagas verbales con cada palabra.

—¿Crees que puedes desafiarme? Eres patética, Lisa, no hay nadie en este lugar que pueda compararse a mí, me las pagarás por todas tus insolencias.

Lisa intentó detenerme, suplicándome que pare, pero terca, seguí adelante, cegada por la ira y el deseo de humillarla. En un momento de desesperación, para silenciar mis palabras hirientes, la ojiverde se deja llevar por un impulso y me besa.

El beso fue inesperado y sorprendente. Pude sentir sus labios suaves contra los míos, sus manos temblorosas y frías en mi rostro, fue un momento de conexión y confusión. Nos separamos lentamente, con nuestras respiraciones entrelazadas.

No entendía porque sentí mi rostro tan caliente, traté de negar en mi mente lo que acababa de suceder. Pero mi corazón no cooperaba.

En mi interior, una tormenta de emociones se desataba, aquel beso despertó una ola de sentimientos desconocidos en mi, emociones que no puedo explicar y por un momento, me encontré en un abismo de dudas y contradicciones.

Aún con rabia, no acepté lo que acaba de suceder y sin pensarlo, la acusé nuevamente.

—¡Eres lesbiana! Por eso me besaste, ¿verdad? Porque no puedes resistirte a mí, eres un asco, Lisa.

Ella me mira con tristeza en sus ojos y susurra:

—Tú tienes suerte de haber probado mis labios, Jennie. Es una bendición para ti, agradéceme.

Mi furia aumentó y, sin pensar, le di una cachetada. El sonido del golpe resonó en el aire, silenciando el tumulto del club por un instante. Ella no dijo nada, solo acarició su mejilla enrojecida, solo retrocedió unos pasos, mirándome con una mezcla de tristeza y determinación en sus ojos. Pude ver cómo luchaba por contener sus lágrimas que amenazan con caer.