𝐀 𝐍𝐞𝐰 𝐒𝐭𝐞𝐩 | Guapoduo Fanfic (𝗤𝗦𝗠𝗣) ✖

𝐂𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨

❪⸙❫ 𝐅𝐥𝐨𝐫𝐞𝐜𝐞 𝐮𝐧 𝐬𝐞𝐫 𝐚𝐧𝐠𝐞𝐥𝐢𝐜𝐚𝐥
𝐂𝐮𝐛𝐢𝐞𝐫𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐜𝐫𝐢𝐬𝐭𝐚𝐥
𝐑𝐞𝐬𝐮𝐞𝐧𝐚𝐧 𝐥𝐨𝐬 𝐥𝐚𝐭𝐢𝐝𝐨𝐬
𝐐𝐮𝐞 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐥𝐞 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞𝐠𝐨́ ❪⸙❫

Vocaloid- Jitter Doll

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Desde aquella trágica operación, le era normal enfermarse del estómago. Pocos lo sabían, y su esposo ya era uno de ellos. Con la garganta adolorida y bañada por un horrible sabor a vómito, la cara pálida, el cuerpo tembloroso, y mucha debilidad, Roier se levantó del suelo, parándose delante del lavamanos. Se detuvo unos segundos cabizbajo, al sentir las náuseas volver. Cellbit estaba detrás suyo, pendiente de cualquier cosa que ocurriera.

—¿Quieres vomitar de nuevo?

—No, estoy bien, estoy bien… es sólo que… todo me da asco…

Abrió la llave del agua, mojando su rostro y lavando sus manos.

—¿Seguro que no quieres ir al hospital de la Federación?

—¡No! No— respondió casi al instante— tal vez, sí me enfermó la comida de Richarlyson.

Cellbit suspiró con su nariz, realmente angustiado. No podía dejar a Roier solo, pero tenía que seguir discutiendo y planeando todo para las elecciones, además de continuar las construcciones de su castillo. El castaño se sentó al borde de la cama, agachado y con las manos posadas en la frente, sostenidas por sus codos sobre las rodillas. El brasileño se agachó delante suyo, tomando sus muñecas y poniéndolas en sus rodillas.

—Guapito, mírame; me encantaría estar contigo y cuidarte, pero he estado muy ocupado, buscaré a alguien que pueda ver cómo estás mientras no estoy, ¿Ok?— le dijo con una voz calmada.

—¿Me vas a dejar solo?

—No no no, para nada— contestó a los pocos segundos, acariciando uno de sus brazos— te veré cuando esté desocupado, y no me moveré del castillo a menos a que tenga que ir a ver a Forever.

—Por cierto, ¿Qué verga con eso? ¿Cómo que Forever y tú tienen una alianza presidencial?— cuestionó con cierta indignación.

—Te explico en la noche, tengo que buscar quien cuide de ti, ¿Ok? No me tardo nada.

Plantó un beso rápido en sus labios, Roier mostrándose decaído.

—Te amo, Guapito— dijo a los pies de la escalera. El mexicano sonrió débil al mirarlo.

—Yo también, Gatinho…

Cuando ya no pudo escuchar pasos, rompió en llanto de forma veloz. No sabía por qué, había un peso en su pecho que sentía la necesidad de liberar. Él no era alguien que llorase con facilidad, de hecho, siempre que lo hacía era a solas, o intentaba evitar las ganas en presencia de otros. Sin embargo, aquellos últimos días, su garganta se cerraba por completo, las lágrimas caían, y su pecho se contraía, sin poder evitarlo.

Ni siquiera entendía el motivo de su llanto, no era la primera vez que se enfermaba de esa manera, y comprendía que Cellbit estuviera ocupado, pero su corazón no parecía aguantarlo aunque su cabeza lo hiciera. Pasos y voces sonaron cerca de él, por lo que se apresuró en volver al baño para lavar su rostro y tomar varias respiraciones, viéndose al espejo mientras lo hacía.