★! ── 03

182 52 24
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los primeros rayos de luz se cuelan por la ventana acompañados por los cantos de los pájaros que han sido primeros en amanecer

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Los primeros rayos de luz se cuelan por la ventana acompañados por los cantos de los pájaros que han sido primeros en amanecer.

Me reacomodo de nuevo en la sábana, sintiendo la comodidad de esta. Todo parece tan idílico, tan cómodo, tan pacífico, tan-...

Abro un ojo, siento una extraña presencia desde que me he desvelado.

—¿Pero qué? —Murmuro, hasta poder enfocar con claridad con los dos ojos. —¿¡Pero qué demonios haces en mi cuarto!?

En el sillón en frente de mi cama, estaba Minho, sentado leyendo uno de los pocos libros que disponía mi estantería.

—Buenos días a ti también. —Saluda con una ceja alzada. —Has tenido suerte de que no te haya echado un cubo de agua encima, se veía demasiado tentador.

—¿Qué haces aquí?

—Las preguntas las hago yo. —Responde cerrando el libro. —Vístete, nos vamos a la enfermería. Tú primer día empieza hoy.

—Pero... Pero... —Boqueo como un pez refregándome un ojo por el sueño. —¿Qué hora es? ¡No deben de ser ni las siete de la mañana!

—He dicho que las preguntas las hago yo... —Se repitió a sí mismo.

—¡Aún no has hecho ninguna pregunta! — Le recalqué. —¿¡Y no te da vergüenza ponerte a observar a otra persona mientras duerme!? —Podía ver completamente el parecido con los gatos y ese hombre que tenía al frente. Observando al humano mientras duerme. —Además ¿Cuánto tiempo llevas aquí mirándome?

Le exigí una respuesta a todas mis preguntas, y la verdad es que no tenía ni siquiera intención de levantarme de mí cómoda cama. Me tapé con las sábanas hasta el cuello y no pude evitar mirarlo con el ceño fruncido.

—No me pagan lo suficiente por aguantar estas cosas... —Resopló entre dientes. Se acercó a mi cama para estirar de las sábanas, pero al darse cuenta que oponía resistencia, soltó un sonoro suspiro. —Te prometo que te invitaré a un chocolate caliente de la cantina.

𝐍𝐎𝐄𝐀𝐒𝐘〡Lee MinhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora