Michael Myers

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Era el día de Halloween y mi novio y yo asistiríamos a una fiesta de disfraces en pareja, yo iría en un hermoso vestido blanco con medias del mismo color con moñitos en los bordes haciendo la recreación de un ángel al estilo coquette y mi novio decidió disfrazarse del famoso asesino de Haddonfield solamente para hacer un gran contraste entre lo puro y depravado.

-(...), ahora regreso, voy a la tienda a comprar botanas para la fiesta, no me tardo- Mencionaba todo esto mientras me plantaba un beso en los labios y bajaba hasta la puerta principal, mientras tanto yo me seguiría haciendo rizos en el pelo y un poco de rímel más en las pestañas para hacer más grandes mis ojos.

20 minutos pasaron desde que Harry se fue y yo ya estaba lista para irme, solo lo tenía que esperar.
Fui al tocador para mirarme una vez más en el espejo y asegurarme de que mi rostro y cabello estuvieran perfectos y por el reflejo pude notar que Harry ya había llegado, así que me di la vuelta.

-Harry, mi amor, ya vámonos- Agarré un poco de perfume, pero el no parecía reaccionar- ¿Harry? ¿Qué esperas? Ya hay que irnos.- Solo estaba quieto ahí, observándome, hasta que decidió acercarse a mí- ¿Harry?- Su mano se acercó a mi mejilla, acariciándola suavemente, su mano era más áspera de lo normal- Hombres, ¿cuándo fue la última vez que te hiciste la manicura, eh?- Sin darme cuenta el filo de un cuchillo amenazaba en contra de mi garganta, ya le había contado a mi novio sobre mi fetiche con las armas blancas así que ya sabía de qué se trataba esto. Lo miré con unos ojos coquetos- Mhm, ya veo de qué se trata todo esto, ¿Ya entraste en personaje, cierto?- La mano que anteriormente estaba acariciando mi mejilla ahora estaba apretando mi cuello para después soltarlo a la vez que su rostro se dirigía a este mismo, sintiendo la respiración a través de la máscara- Oh, Harry- Rodeé su cuello con mis brazos mientras sentía el látex recorrer la piel de mi yugular- M-mi amor,- lo intenté separar- tal vez nos tendremos que esperar después de la fies- Su dedo aterrizó en mis labios en señal de silencio, soltando su cuchillo con la otra mano hizo que cerrara mis ojos.

-Shhh...- Fue ahí cuando sentí que me giraba bruscamente en contra del buró. Aún negándome en abrir los ojos, quería experimentar algo nuevo. Mi culo estaba pegado a su entre pierna y dispuesto a su merced, Harry volvió a atacar mi cuello, pero esta vez pude sentir sus labios a la vez que sus dientes, dejando marcas, mordidas e incluso rastros de sangre.

-Auch, Harry, más cuidado por favor- Pareció no importarle mientras seguía con lo suyo, su mano volvió a apretar mi cuello con más fuerza mientras la otra llegó hasta mis bragas, jugando un poco con estas mismas antes de introducir dos dedos en mi intimidad.- A-ah, sí...- Fue suave, pero rápido a la vez que me penetraba cortamente. Yo aún mantenía mis manos recargadas en el buró. Sentí como mi vagina ya estaba lo suficientemente lubricada para que mi novio pudiera entrar.- Por favor, y-ya estoy...mhm...sigue, te necesito, por favor- El cosquilleo cesó en el momento en que sus dedos se alejaron de mí, es como si lo que le dijera le entrara por un oído y le saliera por el otro...- ¡Ey, continua!- Chillé en protesta, pero él seguía ignorándome.- Ha- Agh!- De un golpe arrancó mis bragas e inmediatamente entró , apenas la punta y ya sentía esa sensación tan familiar .- Okey, espera a que- Seguía entrando sin esperar a que me acostumbrara a su tamaño, claro que ya me había follado antes, su miembro era largo y gordo, pero esta vez se sentía más grueso de lo normal.

-Ugh, a-ah, más, p-por favor- Entró completamente, ya pudiendo sentir sus bolas pegar mi trasero y sin previo aviso me empezó a embestir. Era rudo y sin piedad, podía sentir el cosquilleo en mi estomago, una de sus manos estaba encima de la mía para un mejor agarre mientras que la otra apretaba fuertemente mi cintura, estaba segura que dejaría moretones y marcas de sus dedos.- ¡Dios, se siente tan bien!
Su mano soltó la mía y pude escuchar algo caerse al suelo, algo ligero. Su mano se volvió a colocar encima de la mía y está vez sus embestidas eran más rápidas.
Sentí su boca en mi espalda, su respiración, su nariz de piel y cartílago, huesos, sus labios. Pequeños jadeos salían de él.- Uhmh...- Inhalaba el olor que soltaba mi cuerpo y a la vez lamía mi sudor y la sangre que emanaba de las fuertes mordidas que me daba.

No podía parar de gemir del placer, jamás en mi vida había sido follada de tal forma, pero eso apenas era el principio.
-Mhm...agh- Varias cosas empezaron a caerse del tocador, en su mayoría productos de belleza, el sonido del espejo golpeando contra la pared, he de admitir que eso me excitaba demasiado, saber la inmensidad de su brusquedad. Quería gemir, gemir cualquier cosa que se me cruzara a la mente.
-Agh, ¡Harry! Ag- Recibí un fuerte golpe en mi trasero acompañado de un gruñido.
-¡Michael!- Eso fue lo que exclamó. Estaba confundida, pero poco me importó.
-M-Michael, por favor, y-yo esto-oy, uhm- Estaba apunto de llegar a mi orgasmo y no pude evitar abrir los ojos y fue ahí cuando al mirar al espejo me di cuenta que no era Harry quien me estaba follando, era un hombre de cabellos largos rubios y de ojos azules profundos como el océano, no se había dado cuenta de mi mirada, pues estaba muy ocupado admirando su reflejo al momento de embestirme. Mi pequeño descubrimiento había aclarado varias cosas, pero a la vez tenía muchas dudas, ¿Quién era este tipo?
-¡M-Michael!
Un mar de sensaciones se desató en mi entrepierna, llegando a mi orgasmo, corriéndome como nunca antes. Mis piernas temblaban y era evidente que en cualquier momento me iba a caer, pero él no permitió que eso pasara, haciendo más fuerte su agarre en mí. Seguía en su labor de entrar y salir, hasta que logré sentir su caliente semilla llenándome por completo, bajó su ritmo hasta estar totalmente fuera de mí, soltándome provocando que cayera bruscamente al suelo. Respiraba descontroladamente intentando recuperar mi ritmo, quería volver a ver al tipo, pero cuando giré mi cuerpo a su dirección él ya no estaba ahí, solo había restos de nuestros fluidos por toda la habitación y a un lado mío una máscara blanca.
¿Sería él?
-¡(...)! ¡Ya llegué!- Escuché decir a mi novio, sacándome de mis pensamientos.
Tenía que hacer algo rápido para que no fuera tan evidente lo que había pasado. Sin dudarlo saqué un dildo de mi cajón y lo coloqué entre mis piernas.- Perdón por tardarme más de lo prometido, se me rompió un neumático de regreso aq- Se congeló en su lugar y me miró con sorpresa, precavidamente se acercó a mí- Ay cariño, mi corazón, ven, levántate- Me sostuvo entre sus brazos- ¿Te divertiste sin mí, eh? Vamos a limpiar este lugar para volverlo a ensuciar, pero está vez en mi presencia.















Espero les haya gustado, a mí personalmente me gusta duro contra el muro de Berlín, pero tal vez los siguientes sean estilo vainilla.
¿A ustedes cómo les gusta?
Nos vemos, byeee~

SLASHERS y METAL ONE-SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora