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Toda mi vida había estado encerrada en mi hogar, que a pesar de ser una mansión rodeada de bosque, luego de 17 años era pequeña para mí.

Era rara la ocasión en la que salía junto a mis padres. Siempre a fiestas o reuniones aburridas de gente importante

Pensé que toda mi vida sería así, terminaría mis lecciones de magia; mis padres me buscarían algún hombre de buena familia, si tenía suerte sería alguien joven; me casaría para seguir el linaje de la familia y me convertiría en igual de aburrida y odiosa que ellos.

Hasta que un día mi madre me dió una noticia que nunca creí escuchar salir de ella

—Irás a estudiar a Alfea— si no supiera lo monótona que era, pensaría que era una broma—

—¿Qué?— fue lo único que mi boca articuló—

—Me oíste, puedes empezar a empacar

Me quedé paralizada ¿Solo así? ¿Me iría y ya? Y además ¿Que mierda voy a empacar si ni quiera tengo nada importante?.

Había comenzado a escuchar entre mis padres y los sirvientes del peligro inminente de los quemados, pero parecía ser solo un problema hacia Alfea y sus alrededores, después de de ese acontecimiento parecía ser Alfea el centro de atención de toda la capital, pues siempre había un chisme nuevo

Una hada de fuego había logrado transformarse; Rosalind, un hada poderosa y bien sabido amiga de mi familia, había regresado; la directora antigua, Farah, había desaparecido, así que Rosalind tomó el puesto; Saul Silva, líder de los especialistas había sido arrestado y un sin fin de chismes que hasta yo, entre mis 4 paredes, escuchaba.

Al parecer mis padres habían vuelto a contactar a Rosalind, y ésta les había ofrecido darme clases personales de magia, además de ser una alumna de Alfea, pero conozco a mis padres y sé que algún otro motivo tienen detrás para haber accedido a tal petición

Sea cual sea, decidí disfrutar el poco tiempo de libertad que se me había concebido por obra divina

LISA

LISA

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ɪ ᴛʜɪɴᴋ ᴏꜰ ʏᴏᴜ | BeatrixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora