OO2. 𝙈𝙚𝙚𝙩. 2

1.5K 134 34
                                    

¿Cómo conoció Shairi a Taesan y Riwoo?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Cómo conoció Shairi a Taesan y Riwoo?

Había pasado casi un mes desde que Hairi entró en KOZ. Había hecho muchos amigos y amigas, entre las chicas, un pequeño grupo de ellas, en el que Hairi estaba incluído, había hecho muy buenas migas. En su época, Hairi tenía la certeza y el deseo de que debutaría con ellas, o al menos con algunas.

Para ese momento el único que la llamaba Shairi era Leehan. Entre ellos se nombraban como querían que sus futuros fans les conocieran, y era algo un tanto personal, porque no muchos aprendices llamaban a Leehan como tal, sino por su nombre real. El chico, además, no tenía muchos amigos en la empresa.

Un día como cualquier otro, Hairi terminó las clases pronto y decidió irse antes; tomarse ese día libre y volver, tal vez, de noche. Su plan principal era irse a su piso y dormir sin parar, pero una misteriosa voz en su cabeza le dio la repentina necesidad de ir a una tienda cercana de pasteles. En Belift y Hybe su dieta era estricta y aquello no se le hubiera permitido, ya que tenía ciertos límites bien establecidos, pero KOZ no era para nada así. Si bien Zico era un CEO centrado y claro en sus decisiones, por primera vez, Hairi no tuvo que rechazar un antojo de pasteles, así que aprovechó y fue corriendo a aquella pastelería.

Al entrar, reconoció a otro aprendiz. No sabía su nombre y nunca habían hablado —tampoco le había escuchado hablar— pero compartía clases con ella. Era de lo más tímido. Alguna que otra vez le había visto, de lejos, hablando con WoonHak, Sungho o Leehan, pero nunca habían coincidido en una conversación cerrada donde ambos tuvieran la oportunidad o casi obligación de hablar, así que no lo habían hecho.

Hairi no le molestó, porque supo sólo con verlo tranquilo, en su propia burbuja disfrutando de su soledad, sentado frente a una mesa, que el chico estaba feliz en esa situación. Era solitario y eso le parecía bien, por lo que lo respetó, pidió un par de trozos de tarta y se sentó en un lugar vacío a degustarlos. Sin embargo, en todo ese tiempo no pudo evitar mirar de vez en cuando al aprendiz. Al principio él seguía distraído, ojeando unas revistas de moda que a Hairi le cobraron sentido, porque el chico tenía un gran estilo. Después, a partir de una mirada que compartieron, cuando sus ojos se tomaron por sorpresa mirando al otro, no pudieron dejar de hacer contacto visual cada vez que apartaban la vista de sus cosas para echarle un vistazo al otro.

Ella nunca se imaginó que eso ocurriría, pero el pelinegro de ojos brillantes y rostro porcelánico se levantó y trasladó sus cosas hasta el banco al costado de la tienda en el que estaba Hairi. Dejó entre su mochila y la morena un espacio en el que se sentó.
Siguió mirando la revista.

—Creo que vas a clase de baile conmigo —dijo—. Y también creo que te he visto hablar con Leehan —aquello lo dijo con menos seguridad, como si no lo recordara bien.
—Así es. Me llamo Hairi.
—Han Dongmin. O Taesan, mejor. Giant Mountain —bromeó.

A Hairi se le escapó una risa algo ruidosa y rápidamente se tapó la boca con sus propias manos cuando vio que más de un trabajador de la silenciosa y pacífica estancia se le había quedado mirando. Taesan se rió de ella en voz baja.

—¿Taesan es tu futuro nombre de idol? —preguntó.
—No. Es que desde pequeño me llaman así.
—Está bien. Un placer, Taesan.
—Bailas bien —se limitó a decir.

Volvieron a ser envueltos por un silencio, pero uno cómodo, para la sorpresa de Hairi. Taesan era un desconocido para ella. Uno al que había visto mucho, sí, pero un desconocido, al fin y al cabo y, a pesar de todo, estar sentada a su lado durante lo que fue una hora, simplemente comiendo unos dulces y mirando su teléfono, mientras él hacía anotaciones en inglés en una revista de moda, fue de lo más agradable. Demasiado agradable como para ser casualidad.
Ahí fue cuando, por primera vez, Hairi tuvo el deseo de debutar con chicos; sintió una conexión extraña con Taesan, como si hubieran estado destinados a compartir grupo.

Después, entró otro aprendiz con grandes deseos de devorar un pastel y Hairi fue sorprendida por el hecho de que él, Riwoo, y Taesan, eran amigos. Cuando el agradable moreno con ligeros destellos rubios en el pelo se presentó, quedó devastada por su radiante sonrisa, su amabilidad natural y su facilidad para parecer totalmente complacido por la vida. Esa era la sensación que enviaba su sonrisa, y era tan envidiable como gratificante para Hairi, que hizo muy buenas migas con él en ese instante.

No dejaba de hablar y revolvió un poco el ambiente, sacándole conversación a Taesan.

—¿No viene mañana el nuevo? —interrogó Riwoo a Taesan.
—¿"El nuevo"? —preguntó ella.
—Unos cuantos nos presentamos como candidatos para un grupo de chicos de KOZ. Zico abrió un casting, y ya nos ha elegido, pero mañana nos va a presentar al último que ha seleccionado de entre los aprendices. —Al ver que Hairi no decía nada, el pelinegro adornó sus palabras con una sonrisa.

Ahí, las expectativas de la japonesa se derrumbaron.

—Mañana nos reuniremos todos, los seis elegidos, en una sala, y esperaremos a que Zico venga y anuncie que vamos a debutar. No te lo puedes perder —le dijo Riwoo a Hairi, que se quedó pensando en quiénes serían los elegidos.

...

𝐋𝐀𝐃𝐘 𝐀𝐓 𝐓𝐇𝐄 𝐃𝐎𝐎𝐑 | Si estuvieras en BOYNEXTDOORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora