El padre de una familia muy adinerada busca desesperadamente pagar las deudas pendientes con un capo de la mafia italiana, así que cuando éste se fija en su hijo mayor, decide dárselo a cambio de saldar todas sus deudas. Ahora, alejado de su familia...
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—Aquí vivirás, te advierto Gulf Kanawut que no intentes nada estúpido o me veré en la obligación de dar la orden para matarte y créeme que ahora me arrepiento por no traer a tu hermana también —dice Mew bajando del auto siendo reverenciado por 4 guardaespaldas.
—Malnacido —murmura Gulf para tomar su pequeño bolso y bajar—. No se atreva a intentar algo en contra de mi hermana, yo ya estoy aquí y así era el trato.
—Exacto, así es el trato y cruzando esa puerta debes empezar a pagar la deuda de tu familia —dice Mew caminando a Gulf y tomar su mejilla—. Realmente eres una belleza y quiero ver esos lindos labios en mi miembro.
—¡Pervertido…! —regaña Gulf apartando la mano—. No tienes ni un respeto por los presentes, dime, ¿cuánto tiempo debo estar aquí?
—Son $15 millones lo que tu padre me debía y si cuento los intereses serían $20 millones, ¿alguien sabe cuánto cobra un prostituto? —pregunta Mew mirando a sus guardaespaldas—. No se hagan los que no saben.
—2.000 a 3.000 dólares —responde uno de los guardaespaldas —. Eso cobra más o menos señor.
—¿¡Me estás comparando con un prostituto?! ¡Malnacido! —grita Gulf furioso—. ¡Soy un chico decente!
—Ya lo veremos, saca la cuenta entonces de cuánto tiempo debes quedarte aquí y ser mi prostituto —dice Mew con una leve sonrisa y caminar a la entrada.
—En pocas palabras… Toda mi vida —responde Gulf para tomar su maleta que fue bajaba y caminar detrás de Mew quien es recibido por empleados que lo reverenciaban.
—Sea bienvenido, señor —dicen los empleados.
—Es el Gulf Kanawut y vivirá aquí —empieza hablar Mew dirigiéndose a sus empleados—. Que no le falte nada, y si lo ven en actitud sospechosa me lo hacen saber. ¿Escucharon?
—Todos —¡Sí!
—Hermosa mansión por fuera, pero horrible y oscura por dentro. ¿Vives tú aquí? ¿O el conde Drácula? —se burla Gulf haciendo que muchos se burlaran con una leve sonrisa y luego se pusieran serios nuevamente.
—No sabía que eras comediante Gulf —dice Mew atrayéndolo a su cuerpo haciendo que su maleta cayera—. Veremos qué tan comediante eres cuando esté entrando en ese trasero tan redondito.
—¡Mew! —regaña Gulf apartándose—. ¡Ten algo de respeto con los presentes!
—Ja, ¿respeto? —interroga Mew mirando a todos—. Ellos me sirven a mí y yo les pago, yo puedo hacer y decir lo que se me dé la gana, creo que no has entendido nada aún Gulf, aquí yo mando y nadie es mejor que yo.
