Candy cerro el libro que estaba leyendo, sintiéndose en esos momentos la tonta mas grande del hemisferio occidental.
Tuvo que usar todo rastro de auto control, para no arrogar su lectura contra la ventana, dejo salir un leve gimoteo, segundos después.
¿Por qué? Era la pregunta que le carcomía por dentro desde hace unos cuantos días.
¿Por qué dipper le pondría el cuerno? Se cuestiono, soltando toda la incertidumbre que acumulaba hasta esos momentos.
Se suponía que Pacifica ya no era un impedimento para su relación, incluso la misma rubia, los incito a salir juntos, casi tanto como Mabel.
Entonces por que salía de ese motel, acomodándose la ropa, agarrada de su novio.
Y a un que se rebanaba el cerebro intentando pensar en alguna otra posibilidad, la incertidumbre y evidencia apuntaban en esa dirección.
Las evasivas, las mentiras, los encubrimientos y engaños, por parte de los involucrados y la que se ufanaba de ser su mejor amiga y cuñada.
Esa misma noche.
Mason Pines miraba su teléfono sin saber que hacer, debía confesar su pequeño desliz o seguir tergiversando los hechos.
Y si elegía lo segundo, eso en que lo convertía, en verdad eran demasiadas cuestiones nada agradables que pensar en esos momentos, tan encimismado estaba que soltó un ligero grito de nerviosismo al sentir el brazo de su hermana sobre su hombro.
- - - Tocan a la puerta Nerd – replico Mabel señalando lo obvio, mientras se encaminaba a la misma.
Por otro lado, Candy Chiu, tal vez no tenia las respuestas que buscaba tan desesperadamente, pero eso estaba por cambiar, una ligera sonrisa macabra adorno sus labios mientras la puerta de la casa de su novio, se abría muy lentamente.
Finalmente sabría la verdad, y si su novio y/o hermana le volvian a mentir, su pequeño amiguito arreglaria el problema.
Nadie puede mentirte a la cara con una Glock 20 apuntándote a la cara.
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Relatos Candip.
Romanceuna coleccion de relatos Candip, por que el Candy x Dipper tambien merece un poco de amor.