capítulo 3

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Narra Lukas.

— Vergación, ¿vas a ir con eso? Es un almuerzo especial para tu hermana y su novio, que casualmente es tu amor ya no tan secreto. -comento mientras leía como enésima vez mi chat con Ale, le arrebaté mi celular de las manos-

— ¿Qué haces revisando eso? no es tu peo, metiche.

San rodó los ojos mientras me observaba nuevamente.
Me miré en el espejo largo de la habitación de mi hermana, ella estaba en su trabajo así que no se daría cuenta que estuve aquí.

Vestía una camiseta blanca junto a unos pantalones negros, mis zapatos favoritos negros, y mi típico suéter negro, que claramente, hacia que no estuviese a la vista la camiseta. Sin este suéter no voy ni al colegio.

— Pareces vagabundo en un funeral. Mejor dicho un negro. Ni siquiera Kai se atrevió a tanto.

— Cállate, ¿Si? Iré así y ya, tampoco creo que alguien deba estarse fijando tanto en mi. Ale solo mirara a Carlota -dije con desgano- y no te metas con mi novio.

— Si tú lo dices, deberías ir saliendo al restaurante ya es algo tarde, la cita es a las 9:00

— ¿Y qué hora es?

— Las 8:55

— MALDITO SEAS SANTIAGO. -lo insulte antes de irme apresurado mientras el hijo de puta soltaba carcajadas como un psicópata, cómo lo quiero-

Corrí lo más rápido que pude para llegar al restaurante. Puse notar como fuera de este estaban Carlota y Ale tomados de la mano ella miraba en todas las direcciones mientras que el sabrosote de Ale miraba su celular sin parecer importarle lo que pasaba a su alrededor.

Señor, discúlpame por no sabrosearme a Hyuka o JeongIn, mientras me estoy comiendo con la mirada al novio de mi hermana.

Me coloqué enfrente de Carlota queencard me abrazó preocupada.

— Alexander. Es mejor que tengas una explicación de por qué has llegado 7 minutos tarde.

Uy sí, y tú eres la más puntual. Quise decir, sin embargo no lo hice.

— Lo lamento noona. -la miré apenado- Me distraje un poco con San...

— ¿San? -preguntó Ale notando mi presencia, o eso creía yo, quizás ya lo había echo desde un buen rato- ¿Quién es ese? -se le notó raro-

— Sí, es un amigo de mi pequeño y lindo hermanito -Carlota preciono una de mis mejillas-

— ¿Y a tí que te picó?. -Carlota me miró desafiante y preferí quedarme callado-

— Mejor entremos. -mi hermana sonrió entrelazando sus manos con Ale, joder, que putos celos-

. . .

Comíamos nuestro sushi con tranquilidad, me había comenzado a sentir algo mal de la cabeza sin embargo no dije nada. Ya era la hora de pagar y pide notar como únicamente Ale se iba de la mesa a pagar la comida. Por impulso me levanté para seguirlo.

— O...Oye, Ale. Yo puedo pagar la comida si no es problema, no es justo que la pagues tu solo.

Por qué coño tartamudeé. Seguro quedaré en ridículo.
Se supone que soy un maldito alfa.
No una perra en celo que desprende sus feromonas de tan solo ver al novio de mi hermana.

— Yo pagaré la comida.

— ¿Al menos podrías decirme cuánto es? Dividamoslo en mitades, tu pagas una y yo la otra, es algo justo.

Juré que dejé de respirar por un segundo cuando Ale me acorraló disimuladamente contra

— ¿Acaso eres así de insistente siempre? Te he dicho que no pagarás nada, y punto. -dijo con voz gruesa y me estremecí-

¿daddy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora