La vida no siempre te da las cosas de forma fácil, algunos tenían que sufrir un poco antes de encontrar la felicidad y Kamari Adeline Swan era una de esas personas.
Su escape del infierno que vivía junto a la nueva pareja de su madre llegó junto con...
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Capítulo 2 Primer día en el instituto de Forks.
Pueden llamarme loca, pero amo las mañanas, especialmente aquí en Forks, cuando desperté estaba en mi habitación, las ventanas se encontraban empañadas por la lluvia de la noche y pequeñas gotas caían desde las hojas de los árboles hasta la ventana.
Amo la naturaleza y clima de Forks.
Recuerdo haberme quedado dormida en la sala. Papá pudo dejarme en el sillón junto a una manta, pero no, al parecer me trajo hasta mi cuarto.
Oficialmente hoy es mi primer día como estudiante del instituto de Forks ¿Estoy emocionada? Sí ¿Tengo miedo? Quizás. Solo espero no tener clases con Jessica Stanley, no nos llevamos bien desde que le negué su conocimiento sobre mi vida privada.
La única chica de su grupo de amigos con quién puedo entablar una conversación agradable es Angela, la pelinegra me ha tratado bien cada que vengo al pueblo y me encuentro con ella.
En cuanto la alarma sonó, me levanté de la cama, tomé una ducha y me puse ropa cómoda para el primer día: una camisa de pana en color mostaza, unos jeans azules, un suéter con rombos en distintas tonalidades de café y unos tenis de suela lisa en color blanco.
Este suéter es mi favorito, papá y yo lo llamamos suéter de la buena suerte. No podía ir sin ese suéter en mi primer día o existía la posibilidad de que todo salga mal.
Me observé en el espejo mientras arreglaba mi cabello, suspiré viendo mi reflejo, tomé mi mochila antes de salir de mi habitación y bajé las escaleras, papá estaba en la sala acomodando su uniforme de policías.
Vi que buscaba algo, me acerqué a la mesa y noté las llaves de la patrulla sobre una revista.
Las tomé con una sonrisa y me crucé de brazos.
─¿Buscas esto, papá? ─sonreí cuando me miró y mostré sus llaves.
─Gracias por encontrarlas, ya voy tarde ─suspiró antes de tomarlas, me dio un beso en la cabeza y tomó su placa─. Ten un lindo día de clases y saluda a Bella de mi parte
─Claro, suerte en el trabajo y ten cuidado.
─Yo siempre tengo cuidado.
Papá salió de la casa justo cuando Bella bajaba las escaleras.
─Buenos días, Kamari ─habló tan bajo que casi no la escuché.
