Capítulo 12.

330 30 58
                                    

Escogiendo nuestros nombres.

El día después del festival.

En la residencia Todoroki.

—¿Eh? ¿El... el hospital? ¿Por qué tan de repente? ¿Seguro que no pasará nada si se lo cuentas a papá, Shōto?—Preguntó Fuyumi, la hermana de Shōto—

—Sí—Fue la respuesta del bicolor—

—¿Por qué has decidido ir a ver a mamá ahora, después de tanto tiempo?—

Shōto no respondió su pregunta.

«¡Shoto aveces me parece horripilante!»

Fue lo que recordó el bicolor mientras caminaba al hospital, estaba recordando las palabras de su madre.

—«Fue mi propia existencia la cual la llevo a su límite. Por eso no fui a verla»—Pensó entrando al hospital—«Mamá aún sigue encerrada... por mí... por papá... por tanto, para usar este cuerpo, y dar todo de mí, para volver a llegar a ser un héroe»—

Shōto se tomó unos segundos para prepararse.

Una vez estaba listo abrió la puerta.

—«Tengo que verla de nuevo y hablar... sobre muchas cosas...»—

Su madre lo miró algo sorprendida, como si su visita fuese inesperada.

—«O eso fue lo que pensé al principio...»—

En ese mismo instante, en otro lugar.

—Veamos, para la cena de hoy... algo barato... por qué no algunos onigiris—Dijo Uraraka mientras caminaba a casa—

La chica trató abrió la puerta, notando que no estaba cerrada con llave.

—¿Ja? ¿La puerta no está cerrada con llave?—Preguntó—

—¡Ochako!—Gritaron sus padres corriendo hacia ella—

—¡¡¡Hogyaaaa!!!—Gritó Uraraka del susto—¡¿Mamá, papá?! ¡¿Qu-qué?! ¡¿Por qué están aquí?!—

—Hola, cariño—Dijo su madre—

—¡Cuando vimos a nuestra hija esforzándose tanto no pudimos evitar venir corriendo!—Exclamó su padre—

—¡Vinimos a darte un buen reencuentro por todos tus esfuerzos!—Dijo su madre—

—¡¿Qué?! ¡¿Pero qué pasa con el trabajo?! ¡¿Vinieron en tren bala?! ¡¿Qué, yo?!—Siguió preguntando Uraraka, apunto de llorar—¡Deberían habérmelo dicho!—Exclamó la chica ya llorando—

En la residencia Midoriya.

—¡Nueve veces! ¡Increíble, ¿verdad?!—Exclamó Inko—

—Ajá—Respondió Izuku—

—S-sorprendente—Respondió Tsuna—

—¡Desde la batalla de caballería me desmayé nueve veces! ¡Y dos de esas fueron por deshidratación severa!—

—Parece que tuviste una lucha más dura que nosotros...—Dijo Izuku tratando de comer con su mano izquierda, pero muy apenas y podía—

—¡Cierto, por cierto! ¡Quiero decir, sobre el kosei que me contaste que se «manifestó de la nada» qué poder tan arriesgado y potente!—Dijo Inko mirando a Izuku algo preocupada—Seguiré animándote, Izuku... ¡pero no es algo que pueda asimilar tan fácilmente!—

—Sí, lo sé...—Respondió Izuku—«A partir de ahora, no voy a más heridas como esta»—Pensó mirándose la mano—«He estado preocupando a todos. Necesito encontrar un método que no haga preocupar a los demás. Esa será la línea de inicio, desde donde podré decir "¡estoy aquí!"»—

De Jefe de la Mafia a HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora