Morning Sex 🔥

6.5K 104 2
                                    

Aún se levantaba temprano sin la necesidad de un despertador. El entrenamiento es fundamental para el. Miró a su chica aún dormir.

—Buenos días, muñeca. —Besó el cuello de su chica raspándole ligeramente con su barba. Ella rió por lo bajo.

—Buenos días.

Bostezó y se le erizó la piel al sentir las manos de Carlos quitarle la sábana de encima, estaban ambos desnudos.

—Oh, que sorpresa. — Carlos dijo juguetón. Ella aguantó la respiración por unos segundos cuando las manos de su novio la recorrieron.

Se le erizó la piel cuando abrió sus piernas ante él. Mordió su labio cuando comenzó a repartir besos por sus piernas y muslos.

Ahogó un jadeo al sentir su lengua lamiendo una larga línea en su intimidad. Él la mira directamente, mientras que ella echa su cabeza atrás acariciándose a sí misma.

La devoró como un hombre ambriento, como un hombre debería de comer a una mujer. Sus piernas temblaban cuando sintió su segundo orgasmo golpearle.

Apretó sus piernas a los lados de la cabeza de Carlos.

Apenas podía gemir, sentía su garganta seca de mantenerse jadeante y caliente con los orgasmos que le daba su novio.

Ella tomó su cabeza para subirlo a sus labios, sus piernas temblaban ligeramente, y estaba demasiado sensible.

Carlos estaba duro, con su erección rozando el abdomen de su novia, desesperado por hacerle el amor.

—Quiero hacer algo nuevo. — Dijo ella contra sus labios.-

El sexo entre ellos es algo tan íntimo.

Le decía palabras sucias y lindas, halagándola, consintiéndola. Demostrando cuánto la amaba.

Maldición, ella sería su perdición.

¿Realmente la merecía?

Lo hizo sentarse en el borde de la cama. Ella bajó al piso, quedando de rodillas.

—Espera, encanto.

Le dio una almohada, para que estuviera cómoda en sus rodillas, se preocupaba mucho por ella.

—Dime si te gusta o quieres que pare.

La comunicación era primordial entre ellos, al comienzo Carlos pedia todo tipo de consentimiento, incluso para poder abrazarla.

Comenzó moviendo su mano lento sobre la erección de Carlos. Él soltó un ligero gruñido cuando hizo más presión en la punta, ella esparció el pre-semen de la misma.

— ¿Te gusta? — Alzó la mirada a él, y Carlos pensó que era la vista más caliente que jamás había tenido, su chica con su mirada de ángel inocente y su polla cerca de sus labios.-

Maldición, sí, preciosa.

El abdomen de Carlos se contraría cuando ella bombeaba su polla, jugando con su longitud y bolas, los labios de Carlos estaban entreabiertos, los relamía y cerraba sus ojos.

Gimió apretando las sábanas cuando sintió la húmeda lengua de su novia en su longitud sin llegar a la punta.

Tenía demasiado sin ese sentimiento, más que nada porque él prefería comer a su novia. Pero vaya que le gustaba.

Se la llevó toda a la boca, las lagrimas se acumularon en sus ojos por lo grande que era, Carlos sentía que iba a correrse,Carlos sentía que iba a correrse, e intentaba detenerse.

—Ah, muñeca, voy a venirme.

Intentó apartarla, pero ella negó y terminó llegando su rostro de su venida.

— Mierda, mierda. Amor, no quería—

Ella rió, Carlos estaba preocupado de que eso lo haría sentir incómoda. Ella solo se limpió con una camisa de Carlos que estaba en el piso.

Carlos rió un poco.

Muchas veces lo mejor del sexo no era eso, si no el poder reír con la persona.

— En verdad lo siento. — Le dijo cuando ella subió a sus piernas, aún limpiando al lado de su ojo.-

Está bien, cariño.

Besó sus labios, Carlos terminó de limpiar su rostro, y beso su nariz.

Intento recostarla pero ella lo detuvo.

—Hoy quiero arriba.

Susurro contra sus labios, él asintió, y ella alineó su polla con su entrada, jadeando cuando estuvo completamente dentro de ella.

Ella gimió en su oído, para Carlos el sonido más sensual que jamás haya escuchado.

– Oh, sí, Carlos.

Gimió en un grito ahogado, cuando las caderas de Carlos comenzaron a moverse contra ella, sus manos en su cintura, y las de ella en el pecho fornido de Carlos.

Apretaba sus hombros, moviéndose sobre él, besándose en el proceso, y acariciando sus pechos.

- Oh, Dios, Chili.

Sus cejas estaban muy juntas, y sus labios rojos por todos los besos, estaba por correrse.

Y así fue, terminó sobre Carlos, húmeda y jadeante.

Carlos no le dio tiempo para reincorporarse, y la dejó sobre la cama comenzando a embestirla, haciéndola maldecir por tanto placer.

Sus ojos estaban cerrados, sus piernas flexionadas, podía verse a sí mismo a través de su abdomen, como se movía dentro de ella.

Su calidez lo hacía sentirse completo. Se acomodo de forma que podría verla mientras seguía moviéndose contra ella.

Estaba por terminar, cuando ella terminó un par de segundos antes, jadeando aún mas alto.

Carlos terminó en su abdomen, tocándose a si mismo para hacerlo. Besó rápidamente los labios de su chica.

—Te amo.

Dijeron al mismo tiempo, rieron por lo bajo. Recuperando su respiración.

—¿Una ducha, muñeca?

Ella rió cuando Carlos la cargó hacia su baño.

𖡼.𖤣𖥧𖡼.𖤣𖥧𖡼.𖤣𖥧𖡼.𖤣𖥧𖡼.𖤣𖥧𖡼.𖤣𖥧𖡼.𖤣𖥧𖡼.𖤣𖥧𖡼.𖤣𖥧𖡼.𖤣𖥧𖡼

ONE SHOTS || CARLOS SAINZ 🌶️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora