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Después de veinte minutos salió Jaekyung solo de la habitación de Damián.

— ¿ Dónde está el bebé ? — pregunté.

— Se quedó dormido, le iba a cepillar el cabello y lo descuide para buscar el cepillo, me di la vuelta y ya estaba dormido. — dijo sonriendo.

— ohh, supongo que está bien. — suspiré y me levanté de la mesa para empezar a caminar hacia la habitación.

Hyung también me siguió hasta la habitación, antes de que el pasará yo le cerré la puerta en la nariz, soltando una pequeña risa al escuchar como gruño ante esto.

— ¡Abreme la puerta! — hablo Jaekyung forcejeando la perilla con seguro de la puerta.

— ¡No vas a dormir conmigo! — solté enojada por todo lo que me había dicho.

— Vamos ____, ¿Te enojaste por lo que te dije? Te prometo que Damián dormirá contigo los fines de semana.

— No quiero que Damian duerma conmigo los fines de semana, el siempre va a dormir conmigo. 

— Maldita seas ____, ¡Abreme la puta puerta! — subió un poco su tono de voz, se notaba que ya estaba molesto.

— Duérmete en el sillón, jamás vas a dormir conmigo hasta que me pidas perdón. — dije y empecé a caminar hacia la cama mientras escuchaba como Joo seguía tratando de abrir la puerta.

Es un total idiota, no va dormir conmigo hasta que me pida perdón por las lágrimas que derrame.

Ignore a Jaekyung que murmura miles de maldiciones contra la puerta, es demasiado tonto porque nisiquiera sabe dónde están las llaves de la habitación.

( ... )

Alguien tocó la puerta de mi habitación, despertándome. Maldita seas Joo Jaekyung.

Me levanté de la cama y le abrí la puerta. — ¿Que quieres?  — dije mirándolo de mala gana.

— ____, perdón... — murmuró con la cabeza gacha para después sacar un gran ramo de rosas rojas para entregármelo.  — espero que me perdones. — habló y levantó la vista mirándome a los ojos.

Suspiré y lo mire. — No me gustan las rosas rojas, hemos estado casados durante tres años y nisiquiera sabes el color de mis rosas favoritas. — tome el ramo de rosas y camine dentro de la habitación para después tirar el ramo de rosas en el bote de la basura, unos cuantos pétalos cayeron al piso.

— Eres una maldita malagradecida. — exclamó enojado caminando hacia mí.

— ¿Yo soy la malagradecida por darte un hijo? Tu eres un maldito malagradecido por hacerme llorar.

Jaekyung suspiro y se detuvo quedando a unos cuantos pasos de mí. — ¿Que quieres para que me perdones? — me preguntó tratando de calmar su enojo y el mío.

— Solo quiero que por una vez en tu puta vida, me traes como tú esposa, un matrimonio normal. — admití mirándolo a los ojos.

El solo asintió con la cabeza. — ¿Que te parece si vamos a la cabaña del bosque, hoy? — me propuso.

— Está bien, después de desayunar.

— Ven, vamos a desayunar, yo te cocinare por ti como un " buen esposo " — habló y estiró su mano para que yo la tomara, así lo hice y empezamos a caminar a la cocina tomados de la mano.

Casada con Jaekyung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora