Volumen 1, Capítulo 1: Acercamientos

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[Date A Live] Un Inicio diferente

[Capítulo 1: Acercamientos]

Parte 1: El inicio de una... ¿Amistad?

El recreo escolar había comenzado.

Mientras todos los estudiantes de la preparatoria Raizen disfrutaban de este momento, Shido, a diferencia del resto, Shido parecía no haberse dado cuenta de ello. Estaba sentado en su pupitre con una mano apoyada en el lado derecho de su rostro.

Desde que despertó esta mañana, no dejaba de buscarle una explicación a lo ocurrido ayer por la noche

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Desde que despertó esta mañana, no dejaba de buscarle una explicación a lo ocurrido ayer por la noche.

Mientras preparaba el desayuno, analizó el encuentro nocturno que tuvo ayer con Natsumi, llegando así a la conclusión de que era muy parecido a un sueño. Por lo que durante todas estas horas, trató de convencerse de que lo era.

—Itsuka.

Sin embargo, el beso que la bruja le dio en la mejilla y sus últimas palabras, le provocaron un gran debate sobre si todo lo que sucedió ayer fue real o no.

—¡Itsuka!

Incluso no prestó atención en clase, algo extraño viniendo de Shido, quien solía ser uno de los mejores alumnos del salón. Hoy solo copiaba lo que la maestra escribía sobre la pizarra, sin darle importancia a sus explicaciones.

—¡ITSUKA!

Cuando escuchó su apellido ser gritado, Shido reaccionó. Parpadeó un par de veces y vio que, a pocos centímetros de su cara, se encontraba el rostro de su amigo.

—¡Uwaah!

Shido se asustó al ver lo cerca que estaba de la cara de su amigo, por lo que se apoyó en el respaldo de su silla para alejarse de él.

Desgraciadamente, puso mucho peso sobre el respaldo, lo que provocó que la silla cediera y empezara a caer hacia atrás; no obstante, a mitad de la caída, la silla dejó de moverse. Era como si la gravedad hubiese desaparecido.

—¿Eh?

Una vez que percibió que su caída se detuvo, miró a su derecha y cruzó miradas con una chica de cabello blanco. Ella había puesto una de sus manos en el respaldo de la silla con el propósito de detener su caída.

—Buenos días, Shido.

Origami lo saludó sin mostrar emoción alguna. Aunque el momento no fuera el indicado, aprovechó la situación e hizo lo que le pareció adecuado.

—B-Buenos días, Tobiichi. G-Gracias por salvarme.

Shido le devolvió el saludo y le agradeció por haberlo salvado con cierta vergüenza. No esperaba que Origami lo salvara de su caída; se había preparado mentalmente para recibir la caída y fingir que no le dolió, pero al final eso nunca sucedió.

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