Que Bonito Gorro ~{Tn × Quackity }~

~10~

A medida que pasaban los días, David continuaba intentando acercarse a mí y demostrarme que había cambiado. Sin embargo, a pesar de su insistencia, yo no podía perdonarlo tan fácilmente. El dolor que había causado seguía fresco en mi memoria y no podía ignorarlo.

Por otro lado, mi conexión con Alex se había fortalecido. Nuestra amistad se había transformado en algo más profundo y, poco a poco, nos estábamos dando cuenta de lo mucho que significábamos el uno para el otro. A medida que pasábamos más tiempo juntos, era imposible ignorar la conexión especial que había entre nosotros.

Un día, después de otro intento fallido de David por ganarse mi perdón, decidí que era momento de tomar una decisión definitiva. Me encontré con Alex en nuestro lugar especial, un pequeño café en el centro de la ciudad, donde siempre íbamos a hablar y disfrutar del café juntos.

- ¿Has pensado en lo que vas a hacer, _____? -me preguntó Alex, mirándome con preocupación.

Asentí, tomando una respiración profunda antes de responder.

- Sí, he pensado mucho en ello. No puedo seguir aferrada al pasado, pero tampoco puedo olvidarlo todo de un momento a otro. Lo que David hizo no tiene excusa, y aunque haya cambiado, no sé si pueda confiar en él nuevamente.

Alex asintió comprensivamente, sujetando mi mano con ternura.

- Entiendo cómo te sientes, ______. Y quiero que sepas que siempre estaré aquí para ti, sin importar la decisión que tomes. Pero quiero que sepas que desde que nos conocimos, mi corazón ha estado cada vez más seguro de que tú eres especial para mí.

Sus palabras me hicieron sonreír y sentir una felicidad abrumadora. Miré fijamente sus ojos y dejé que mi corazón hablara por mí.

- Alex, yo también siento algo especial por ti. Desde el primer momento en que nos conocimos, supe que había algo más entre nosotros. Y ahora que tenemos la oportunidad de explorar esos sentimientos, quiero hacerlo. Quiero ser pareja contigo.

Un brillo de alegría iluminó los ojos de Alex y la sonrisa más hermosa se formó en su rostro.

- _____, no sabes lo feliz que me haces con esas palabras. Quiero compartir mi vida contigo y ser el hombre que te haga feliz.

No pude evitar inclinarme hacia él y robar un pequeño beso, lleno de dulzura y promesa. En ese momento, sentí que había tomado la decisión correcta.

A partir de ese día, Alex y yo comenzamos una hermosa relación llena de amor y felicidad.

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