Del otro lado

Capítulo II - Keep me away

EL PASADO

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pero todo dependía de la luna y de lo que fuéramos a hacer esa noche...
JULIO CORTÁZAR, RAYUELA

 

Desde que se había separado de su esposa, las cosas resultaban peor de lo que Elliot Stabler hubiera podido imaginar. A decir verdad, jamás hubiera cabido la posibilidad de romper su matrimonio, eso significaba que no solo había fallado como siervo de Dios, sino que también había fracasado como padre y como hombre.

La frustración que le generaba esta situación se traducía en ira. En cualquier ámbito, en todos los ámbitos, él se había vuelto un ser insoportable: perdía la paciencia rápidamente, insultaba todo el tiempo y a toda persona, explotaba ante el evento más insignificante y hasta había estado a punto de golpear al idiota de turno que se atreviera a desafiarlo o ponerlo en ridículo.

La única persona que lograba, genuinamente, volverlo a su estado natural y hasta despertar la sensibilidad que nadie sospechaba que escondía bajo su hermetismo, era Olivia Benson. Su compañera de varios años. Su socia en la lucha contra el crimen. Aquella que conocía cada una de sus aristas, incluso en sus peores versiones.

—¿Sigues aquí desde anoche? —le preguntó Olivia mientras observaba que llevaba puesta la misma camisa que el día anterior.

—Si mi compañera hubiera hecho bien su papeleo, quizás podría haberme ido a casa— respondió altivo.

Olivia hizo un gesto de desaprobación, a veces se comportaba como un imbécil incluso con ella.

—¿Qué diablos te sucede? —lo increpó al mismo tiempo que se acercaba a observar lo que estaba redactando.

Él hizo unas señales dentro del texto y ella se sorprendió ante el error garrafal que había cometido.

—Lo siento, debo haber mezclado las carpetas—quiso buscar una explicación coherente ante su falta, pero no pudo recordar qué había pasado—. No sé qué sucedió—se lamentó nuevamente.

—La urgencia de las citas—la miró desafiante.

—Púdrete—puso los ojos en blanco y se movió.

—Debí haber dado parte de enfermo —aseguró Finn mientras ingresaba al precinto— no puedo soportar una mañana en la que ustedes dos empiecen peleando.

—Pasa cuando te asignan un compañero que es un imbécil —decretó Olivia mientras se ubicaba en su escritorio.

—¡Buenos días, chicos! —saludó Cragen.

—Cap —respondieron al unísono.

—¿Llevas puesta la misma ropa de ayer? —increpó a su detective más longevo (después de Munch)— Elliot, entiendo que estés en una situación poco favorable, pero…

—Cap —lo interrumpió Olivia a media voz.

—Me quedé haciendo papeleo —le respondió al mismo tiempo que miraba a Olivia para que se mantuviera callada.

—¿Papeleo? Habías terminado todo anoche cuando me estaba yendo.

—He estado distraído y hubo algunos errores.

—¿Estás seguro? —profundizó. Sabía que había algo que no le decían.

Olivia bajó la mirada.

—Cámbiate —ordenó señalándolo—. Ambos deben ir al juzgado —eso involucraba también a Olivia.

A pesar de que esa mañana la había recibido de la manera menos cordial, esa había sido una artimaña para salvarla de un reto. En la última semana, la distracción de Olivia le había costado dos llamados de atención, no quería que una tercera vez implicara un castigo mayor y, por eso, se había tomado el atrevimiento de cubrirla.