Capítulo III - Manhattan SVU

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EL PRESENTE

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Cada vez que te dejo retengo en mis ojos el resplandor de tu mirada.

ALFONSINA STORNI

Tal vez, los escasos segundos en los que Olivia y Elliot estuvieron mirándose, se agolpó en sus cabezas una catarata de imágenes que traducían los recuerdos juntos. Los sentimientos, paralizados durante todos esos años, afloraron de repente y los sumergieron en un estado de confusión abrumador. Sin embargo, debían ser prudentes y profesionales ante un caso que estaba aterrorizando a dos estados.

Elliot fue quien tomó la iniciativa limitándose a hablar solo del caso que los involucraba.

—Teniente Benson —hizo un leve gesto con la cabeza y se acercó a la mesa de trabajo con una serie de carpetas—. Aquí tengo los detalles de los casos registrados en Chicago. Se trata de dos ataques ocurridos en la University of Chicago, y un tercero que se dio en Rush University.

—Gracias, Sargento —quiso ser amable pero su saludo resultó insulso—. El cuarto caso es el de Sabrina Jones que sucedió en la Universidad de Hudson, aquí en NY -agregó la teniente-. Por lo que pude leer en el informe, mujer caucásica de dieciocho años, cabello rubio, 60kg, altura de 1,65m... -interrumpió su lectura- pero, por lo que veo no hay ninguna coincidencia en cuanto a características físicas con las demás víctimas.

—No —interfirió Amanda Rollins—. Aquí en el panel tenemos distribuidas a las cuatro mujeres: Elisa García, treinta y cinco años -señaló la fotografía-; Gillian Stone, veintiún años; y Sharon Adams, diecinueve años.

En las imágenes se podían ver características físicas muy disímiles entre las mujeres, lo que los llevaba a descartar esos parámetros. El agresor, definitivamente, no seguía un patrón centrado en la fisonomía de sus víctimas.

—Creo que la vista debemos desviarla al MO —agregó Carisi—. No solo elige a sus víctimas dentro de los campus universitarios, sino que también ellas están vinculadas al comedor universitario.

—¿Al comedor universitario? —se sorprendió Olivia y un leve escalofrío corrió por todo su cuerpo.

—Así es -confirmó Elliot- al menos las tres víctimas de Chicago, Gillian y Sharon trabajan en el comedor universitario para solventar su carrera. Y en el caso de Elisa, es su hermana Hillary quien está vinculada al comedor.

—¿Cómo podemos conectar a Elisa con el agresor si ella no se desempeña en ese sitio?

—Elisa es profesora de una cátedra de Literatura Inglesa —aclaró Elliot y a Olivia se le heló la sangre— pero regularmente visita el comedor para asistir a su hermana.

—¿Es profesora de Literatura Inglesa? —repreguntó la teniente porque ahí se detuvo su mente y también su cuerpo, necesitó tomar asiento.

—Liv, ¿estás bien? -intervino Amanda al notar la palidez de su rostro.

—No —susurró ella y todos los demás se miraron entre sí—. Necesito que me lean la declaración de los ataques —ordenó.

Carisi tomó la iniciativa al notar que sus compañeros no podían salir del asombro ante la sensibilidad de su superior.

—"A las 21:05 salí del comedor, lo recuerdo porque envié un mensaje a Brian, mi novio, para que me esperara en un bar al que solemos ir. Acorté el camino y me metí por un sitio en el que había poca luz... casi nula a decir verdad, no podía ver ni la sombra de mis propias manos. En un momento algo golpeó fuertemente mi cabeza y..." —el detective no pudo concluir su lectura porque la teniente interfirió presagiando el final de la historia.

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⏰ Última actualización: Oct 11 ⏰

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