Capítulo 7: El Misterio del Templo Congelado

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Mientras Ganyu, Keqing, Mona y Fischl exploraban el antiguo templo de hielo en Espinadragón en busca de respuestas, se encontraron con desafíos y peligros en cada paso. El aire gélido y la atmósfera opresiva del templo los envolvían mientras avanzaban cautelosamente.

En el interior del templo, se encontraron con una serie de cámaras místicas y pasillos helados que parecían no tener fin. Cada paso los llevaba más profundo en el misterio del templo, mientras las escrituras antiguas y las inscripciones narraban la historia de un dios olvidado y su poder congelado.

En una de las cámaras más grandes, se encontraron con una estatua imponente de un guardián de hielo, con sus ojos brillando con una luz sobrenatural. Sin previo aviso, el guardián cobró vida, emitiendo una energía helada y amenazante.

Mona, valiente pero en desventaja, se enfrentó al guardián con la espada sagrada en mano. Sin embargo, la ferocidad del guardián era imparable y, en un rápido movimiento, hirió gravemente a Mona, dejándola yaciendo en el suelo, herida y desvanecida.

Fischl, llena de ira y tristeza, apuntó con su arco al guardián, sus ojos llenos de lágrimas mientras desataba una lluvia de flechas hacia su enemigo. Con cada disparo, su odio hacia el guardián se mezclaba con la pena por la pérdida de su amiga Mona.

Finalmente, el guardián cayó abatido bajo el ataque de Fischl. Sin embargo, la victoria amarga no podía consolar el dolor y la angustia que se apoderaban de ellos. Fischl se acercó a Mona, su voz temblorosa mientras intentaba hablarle con palabras de consuelo y esperanza.

"Todo estará bien, Mona", dijo Fischl, con lágrimas en los ojos. "Seguiremos juntas, como grandes amigas, superando todos los obstáculos. No te preocupes, todo estará bien". 

Con tristeza en sus ojos y el corazón lleno de dolor, Fischl se arrodilló junto a la herida y desvanecida Mona en el gélido suelo del atrio del templo. Sosteniendo suavemente el rostro de Mona entre sus manos temblorosas, Fischl acercó sus labios a los de su amiga en un último gesto de amor y despedida.

El beso fue suave y lleno de emotividad, transmitiendo el amor y la gratitud que Fischl sentía por Mona. En aquel momento, el tiempo pareció detenerse mientras sus labios se encontraban en un abrazo fugaz pero lleno de significado.

Las lágrimas brotaron de los ojos de Fischl y se mezclaron con el frío hielo que rodeaba a Mona. Con voz entrecortada, Fischl le susurró palabras de consuelo y promesas, luchando por encontrar la fuerza para decir adiós.

"Siempre estarás en mi corazón, Mona", dijo Fischl, su voz quebrada por la tristeza. "Nuestros caminos se separan aquí, pero nuestro amor y nuestra amistad trascienden el tiempo y el espacio. Seguirás viviendo en mis recuerdos y en el calor de mi corazón".

Mona, con una sonrisa débil en sus labios, luchó por abrir sus ojos y miró a Fischl con ternura. Aunque su voz era apenas un susurro, sus palabras llevaban consigo un significado profundo y eterno.

"Fui muy feliz a tu lado, querida amiga", susurró Mona, sus palabras cargadas de gratitud y amor. "No te preocupes por mí, seguiré brillando en algún rincón del universo. Nuestro vínculo siempre será eterno, incluso más allá de la vida".

Con una última sonrisa, Mona cerró los ojos lentamente, dejando que la paz la envolviera. Fischl, con el corazón roto pero lleno de determinación, se quedó allí, sosteniendo la mano de su amiga y despidiéndose en silencio.

La fría brisa del templo soplaba a su alrededor, llevándose las lágrimas de Fischl y susurros de dolor mientras abrazaba el recuerdo de Mona en lo más profundo de su ser. Prometió honrar su memoria y continuar luchando por la justicia y la libertad, sabiendo que Mona siempre estaría a su lado, incluso en espíritu.

Ganyu y Keqing, quienes presenciaron la triste despedida, estaban en estado de shock ante la pérdida de su valiente amiga. El peso de la culpa y la tristeza se asentó en sus corazones, recordándoles la importancia de proteger a los inocentes en su lucha.

Con la determinación renovada y los recuerdos de Mona como su guía, Ganyu, Keqing y Fischl se adentraron nuevamente en el oscuro templo, llevando consigo el legado de su amiga. Su misión se volvió aún más urgente y personal, sabiendo que debían luchar con valentía y precaución para evitar más pérdidas innecesarias.

La triste despedida de Mona y Fischl quedó grabada en sus corazones, recordándoles la fragilidad de la vida y la importancia de luchar por la justicia sin poner en peligro a los inocentes. Juntos, continuarían su búsqueda para liberar a Liyue y a Teyvat de la opresión, llevando consigo el amor y la determinación que Mona les había inspirado.

Continuará...

Canciones del Alba: La Historia de Ganyu . Donde viven las historias. Descúbrelo ahora