Danny Kang, hermana de Dom Kang, vuelve de su intercambio de Inglaterra directo a Sunny High para terminar sus estudios. Allí, conocerá al equipo Humming Bird y se les unirá. También conocerá a Vinny Hong, un joven con muchos problemas en su vida, p...
La competencia de Jay y Owen se llevó a cabo el día anterior, Owen ganó por supuesto, quien iba a ganarle a ese extraño dote que lo hacía especial, la bendición de leer el viento, ¡Ja! Quién lo diría...
Danny volvió a salón de clase luego de ir al baño, ya estaba por acabar su período, habían bastantes alumnos en ese lugar. Lo último que supo es que Jay casi se rapaba la cabeza, una estúpida apuesta que hizo con Owen. Se imaginó a un Jay pelón, rió ante la imagen mental, se miraba como un huevo.
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Abrió la puerta corrediza, aún sollozando de la risa por imaginarse a Jay pelón. Su sonrisa se borró del rostro cuando vio a Dom parado en medio del salón con una ropa extraña. Cerró la puerta de golpe sin decir nada, su corazón se aceleró por unos segundos. Salió hacia el patio lo más rápido que pudo, no estaba preparada para verlo. Su cabeza le daba vueltas.
- ¡Danny! ¡Espera! - la siguió hasta ese lugar, no le quedó otra alternativa más que confrontarlo.
Apretó los puños con fuerza, quería golpearlo con toda su alma.
- Danny, se que estás molesta conmigo, te conozco, perdón por no haberte dicho nada.
Su mandíbula se tensó, una pequeña vena en su frente se estaba marcando, cerró los ojos con fuerza y suspiró pesado. Danny se dio la vuelta, aún sin decir alguna palabra. Su rostro sombrío asustó a Dom, se acercaba a él con una cara malévola, pensó que iba a golpearlo pero en lugar de eso lo abrazó fuerte, soltando algunas lágrimas. Sollozó en el pecho de su hermano.
- Danny... - la abrazo para que dejara de llorar. Se sintió nuevamente culpable.
- No vuelvas a irte así, ya pasamos demasiado tiempo separados.
- Te lo prometo. - sonrió, sintió tristeza por haberla hecho sufrir, sintió que el aire de sus pulmones se había esfumando, Danny le dio un golpe en el estómago.
- ¡Eso es por haberte ido sin decir nada! - una mezcla de enojo y dolor incrementó en su corazón, tenía que soltar todo ese malestar y amargura que cargaba. - ¿¡Como te atreves a darme estos sustos!? ¿¡Sabes lo que sufrí por ti!? - al no tener el control de sus lágrimas, volvieron a salir por si solas. - ¿Sabes cuantas veces papá me preguntó por tí en las mañanas? Y yo tuve que decirle que no sabía donde estabas... maldito idiota descerebrado.
- ¡L-Lo lamento mucho! ¡No va a volver a pasar!
- Ya lo se tonto. - con sus dedos lo tomó de la oreja, lo jaló a su altura para que escuchara. - La próxima vez que te escapes, te buscaré, te encontraré y te arrastraré hasta la casa ¿Escuchaste bien, escoria? - lo soltó fuerte, seguía enfurecida.
