𝐓𝐔𝐋𝐈𝐏𝐀𝐍𝐄𝐒 𝐑𝐎𝐉𝐎𝐒 ⚘ || 𝐕𝐈𝐍𝐍𝐘 𝐇𝐎𝐍𝐆

⚘𝐏𝐚𝐫𝐚𝐥𝐲𝐳𝐞𝐝⚘

Capítulo 8

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La mañana era agradable, la paz dentro de esa casa era agradable. Despertó con todo el ánimo del mundo como para hacer comida para sus amigos. Preparó omelettes y pan tostado para todos. En medio del proceso, un somnoliento Vinny caminó hasta la cocina, ese aroma sabroso levantaba muertos, y ya había logrado sacar de la tumba a uno.

- Buenos días, ¿Cómo amaneciste?

- Sigo con sueño, ¿Qué es lo que huele tan bien?

- Oh, estoy haciendo omelettes y pan tostado, ¿Quieres un poco? - asintió sin rechistar.

Le sirvió en un plato para que desayunara a gusto. Se le escapó una sonrisa cuando la expresión del pelirrojo le indicó que le gustó. No tardó mucho en terminárselo todo.

El celular de la chica vibró, le estaba marcando Yuna, se le hizo extraño que llamara, por lo general hablaban en la noche. Contestó la llamada, sorprendida al escuchar la agitación y el llanto en el tono de voz de Yuna.

- ¡Minu está en el hospital! ¡Lo atropellaron!

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El llanto de Yuna se escuchaba en el pasillo del hospital, Danny la abrazaba fuerte y no se le despegaba. A su lado, también se encontaba Mía, quien estaba cubierta por el brazo de Danny, llorando profundamente.

Ambas lloraban en el hueco de su cuello, sobre sus hombros, le daba apoyo a ambas, viendo a un punto fijo y divagando con la mirada. Seguía desconcertada, esa misma mañana Minu estaba de maravilla, salió temprano para ir a verse con Mia y fue atropellado por quien parece ser un miembro del equipo Scorpion. Por lo que le contaron, trató de salvarle exitosamente la vida a Jay, le llenó de impotencia saber que él solo se fue del lugar. Pero, no podía juzgarlo, debe de sentirse mal por lo que ocurrió.

Se sentía como una terrible pesadilla, esa situación era la muestra perfecta para describir la competencia, una mierda.

El padre de Minu se encargó de poner tras las rejas al sujeto, dijeron que sufría de varios problemas psicológicos, lo que la llenaba aún más de enojo. Le arrebató la habilidad de caminar a un pobre chico de dieciocho años, alguien que tenía una vida por delante, la vida de Minu no sería la misma luego de eso.

Danny se paró, dejando solas a Yuna y a Mia. Salió de ese maldito lugar, no le agradaban los hospitales. Las veces que estuvo allí solo eran prescripciones tras prescripciones, tantos medicamentos y recaídas. De solo recordarlo sus ojos comenzaron a cristalizarse, cerró los ojos con fuerza, no se permitiría llorar en la calle.

Caminó hasta un pequeño lugar de recreación, donde solía jugar con Dom y otros niños, subió las escaleras que llevaban a una vista increíble. Apoyó su peso contra la pared, dejándose caer contra esta hasta el suelo. Su entreceja se arrugó, soltando pequeños sollozos para soltarlo todo. La respiración se le agitó y lloró fuerte, se tapó la boca con fuerza. El recuerdo de aquella tarde la perturbó una vez más.