Por primera vez me amé, y no fue en mí.

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Me amé en vos. Me vi con esa carcajada de nena descontrolada arriba de la mesa. Con ese corazón un poco roto, que parecía estar sanando. Conocí mi templanza, mi espera y mi
armonía. Mi fidelidad inquebrantable y mi deseo deseando desde las entrañas. Encontré mi simpleza y  mi amor desinteresado. Mi mirada cómplice y mis consejos más sinceros.
Confirmé mi carencia de abrazos y me descubrí gozando de tus ojos, clavados en mis pupilas.
Viajé con mi cabeza a todos los lugares del mundo de tu mano. Me vi en la playa, en la montaña, en el frio y en el
calor. Aunque con un café entre las sábanas y un poco de música de fondo, ya tenía todos los viajes viajados.
Me escuché la voz que nunca me había oído. Te hablaba con una dulzura que se me impuso sin calcularla. La ansiedad de  verte me  devolvió las ganas de pedirte que no te vayas, que te quedes, que me salves.
Me miré por dentro y decubrí que estaba amando mejor. Mejor que cuando evidentemente no amaba. Te extrañe
y entonces me propuse animarme a dar ese salto al vacio, a la nada y al todo.
Con vos, quería mandarme a mudar de todo lo ya establecido.  No me comió una sola duda, no tuve una sola pregunta. Solo mis propias respuestas. Acá me quiero quedar, al lado de vos, al lado de mí.
Y es entonces cuando no entiendo cómo es que mi amor no te cuadra, no te alcanza. Y es ahí dónde me cuestiono cómo no te ahogás en intensidad.
Y me pregunto, te pregunto,  será que no percibís lo mismo que yo? Será que la voz que escucho yo, el abrazo que te doy, los besos, las palabras, las canciones que te dedico no te llegan? Será como un correo mal enviado?
Me amé en vos. Y mientras lo descubría te arranqué a hacer parte de mí, te arranqué a amar en cada cosa que me recordaba a tu presencia, te arranqué a amar a vos. Pero, vos te amás en mí? O amás lo que te hago sentir?

A Mis Queridos Errores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora