Cap 6: Sentimientos

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Sanemi: — Caminando— ¿Mmm?, Tomioka?

Giyuu: Ah, hola Shinazugawa, ¿qué haces aquí?

Sanemi: Solo paseaba, ¿tú que haces aquí?

Giyuu: Vine a despejar mi mente.

Sanemi: ¿Por qué no me miras? —Disgustado y algo irritado se sienta a su lado—.

Giyuu: Lo siento.

Sanemi: Mírame Tomioka.

Giyuu: Pero-.

Sanemi: ¡QUE ME MIRES CUANDO TE HABLO!

Giyuu: — Se asusta y voltea la mirada—.

Sanemi: ¿Eh? ¿Por qué carajos lloras?

Giyuu: Lo- Lo siento Shinazugawa, no tenía intención de llorar.

Sanemi: Pero, ¿Por qué lloras Tomioka? — Calmándose un poco—.

Giyuu: No lo sé, simplemente las lágrimas salen solas — Limpiándose las lágrimas—.

Sanemi: Tienes los ojos hinchados, ¿Por cuánto tiempo has estado llorando?

Giyuu: No lo sé Shinazugawa, creo que como media hora.

Sanemi: — Le quita el cabello de la cara— ¿Por qué lloras?

Giyuu: Es solo, que recordé a mi hermana y mi mejor amigo de la infancia.

Sanemi: Pero si Amaya está viva.

Giyuu: No ella, yo tenía una hermana mayor, su nombre era Tsutako, Tsutako Tomioka, ella murió un día antes de casarse, falleció tratando de protegernos a mí y a Amaya, pero siempre me siento culpable.

Sanemi: ¿Y tu mejor amigo?

Giyuu: Su nombre era Sabito, él y yo entrenábamos juntos, siempre estábamos juntos, pero llegó la selección final y un demonio lo mató, murió tratando de protegerme, Amaya estaba inconsciente porque su mejor amiga en ese entonces también murió por el mismo demonio, y también me siento culpable por su muerte.

Sanemi: ¿No crees que te protegieron porque querían que vivieras una vida feliz y plena?

Giyuu: No lo sé, y lo siento mucho por ser tan abierto.

Sanemi: No hay problema — Dijo mientras se acostaba con las manos en la cabeza— No deberías sentirte culpable por algo que ni siquiera es tu culpa.

Giyuu: ¿Eso crees? —Dijo acostándose a su lado—.

Sanemi: Claro tonto, además me imagino que te querían mucho como para protegerte.

Giyuu: Gracias, ¿Sabes? A pesar que tengas esa cara de chihuahua con rabia eres buena gente.

Sanemi: Retira lo dicho, no parezco ningún chihuahua con rabia.

Giyuu: Jaja, vale, vale, entiendo — Mira con dulzura a Sanemi y se empieza a quedar dormido lentamente, hasta quedar completamente dormido—.

Sanemi: —Se sienta— Debes estar agotado descansa, debería llevarte a un futón para que estés más cómodo — Lo carga cual princesa y lo lleva hasta la habitación, donde lo recuesta en la cama, lo arropa y se va—.

Amaya: Bueno, bueno, pero miren, es Shinazugawa, ¿qué hacías en la habitación dónde se queda mi hermano?

Sanemi: Eso no es de tu incumbencia Amaya.

Amaya: Mi hermano es mi incumbencia, ¿se puede saber qué hacías?

Sanemi: Estaba cansado, se quedó dormido y lo traje aquí.

Amaya: Ajá.

Sanemi: ¿Tú qué haces aquí?

Amaya: ¿Te olvidas que ayudo aquí cuñado?

Sanemi: Cállate el hocico, no soy tu cuñado, no soy novio de tu hermano.

Amaya: Aún.

Sanemi: — Se sonroja y pone cara de disgusto—.

Amaya: Pero bueno, ¿le podrías dejar su uniforme y Haori? Dile que ya está limpio y que pase a comer, ya está listo el almuerzo.

Sanemi: Bien. ¿Y mi uniforme?

Amaya: Lo tienes puesto, y tu Haori mi hermano lo está usando de cobija.

Sanemi: ¿Eh? — Voltea a mirar y se sonroja—.

Amaya: ¿Seguro que no eres su novio?

Sanemi: ¡QUE NO!

Amaya: Deberían declararse, ustedes se gustan y mucho.

Sanemi: ¡QUE TE CALLES!

Amaya: Como sea. Adiós.

Sanemi: Que fastidio.

Amaya: ¡Te escuché!

Sanemi: ¡LÁRGATE!

Shinobu: Moshi, moshi Shinazugawa-san ¿Qué haces aquí?

Sanemi: ¿Es que acaso el mundo está en mi contra hoy? — Pensó— Hola Shinobu, ¿qué quieres?

Shinobu: ¿Qué haces aquí?

Sanemi: Nada, ya me iba.

Shinobu: Por cierto… ¿Cómo te va con Tomioka-san?

Sanemi: —Haciéndose el loco— ¿Qué pasa con Tomioka?

Shinobu: Pues con tu enamoramiento pues, ¿cómo te va? ¿Sientes que también le gustas? ¿Ya se hicieron pareja? ¿Ya se b-? — Sanemi le tapa la boca—.

Sanemi: Cállate Kocho, estamos frente a su habitación, te podría escuchar.

Shinobu: — Le quita la mano de la boca— No te preocupes, estoy segura que él también gusta de ti.

Sanemi: ¿Qué sabes mujer?

Shinobu: ¿Yo? Nada, nada, solo digo.

Sanemi: Más te vale desgraciada.

Shinobu: Como sea, la cena está lista chihuahua.

Sanemi: Sí, sí, ya vamos.

Shinobu: — Se va—.

Sanemi: Tsk, que fastidio, Oi Tomioka, la cena está lista —Entra a la habitación— ¿Uh? ¿Estabas despierto?

Giyuu: Sí… tenía algo de frío, así que no pude dormir — Sonrojado—.

Sanemi: Ah, está bien, camina y vamos.

Giyuu: ¡Shinazugawa!

Sanemi: ¿Mmm? ¿Qué?

Giyuu: N-Nada, te digo después.

Sanemi: Está bien.

Los chicos se dirigieron hacia el comedor, donde los esperaba las hermanas Kocho, Kanao, Aoi, las niñas, las hermanas Kanroji y Amaya. Se sentaron, agradecieron por la comida y se pusieron a comer, no decían nada, igual como hacerlo si no los dejaban, de un momento a otro las voces cesaron, miraron a ver qué pasaba al mismo tiempo, las chicas los estaban mirando fijamente.

Sanemi: ¿Qué ven?

Sayumi: ¿Ya son pareja?

Maiko: ¿Se han besado?

Sanemi: ¿A que vienen esas preguntas?

Amaya: Ambos parecen tomates, están de un color rojo intenso desde la mejilla hasta el cuello.

Aoi: ¿Tienen fiebre?

Kanao: ¿O gripa?

Kiyo: ¿Quieren agua?

Shinobu: Estoy segura que no es ninguna enfermedad.

Sanemi y Giyuu se miraron el uno al otro, se dieron cuenta que en efecto estaban rojos, apartaron la mirada instantáneamente, y siguieron comiendo como si nada, las otras se rieron excepto las niñas y Kanao, ya que no sabían que pasaba, acabaron de comer y se fueron a sus respectivas habitaciones.

Sanemi: Buenas noches Tomioka.

Giyuu: Espera… Shinazugawa.

Sanemi: ¿Qué sucede?

Te amo (Sanegiyuu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora