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El parque estaba lleno de silencio y el viento corría bastante, el clima estaba fresco, pero el sol daba el calor suficiente, era como el ambiente perfecto.

De la nada entre el silencio se escuchaba el sonido de unas ruedas sobre el concreto de la calle, cada vez se acercaba un poco más hacia el parque aquel sonido, levanté la mirada y busqué de donde provenía, vi entre unos árboles a un chico en patineta, se fue acercando poco a poco a donde yo me encontraba, permaneció rodando varios minutos hasta que luego se detuvo y tomó su patineta, estaba algo entretenido con ese chico, me había olvidado de que yo era el que lo estaba viendo, de pronto él me miró y yo entré en pánico, desvié la mirada rápidamente, ni siquiera intenté disimularlo, los extraños siempre me ponen ansioso, nunca sé cómo actuar.

— Mierda, mierda, mierda. —musitaba para mi con inquietud, aquel chico se acercaba a mi, por más alterado que estaba no se me ocurría nada por hacer.

— ¿Está ocupado? —volví a mirarlo.

— ¿A-ah...?

— El asiento, ¿Está ocupado? —señaló el espacio libre de la banca a mi lado y yo me quedé helado.

— E-eh, no, no, no está ocupado, está libre, cien por ciento, sí.

¿Cómo puedo ser tan estúpido hablando con desconocidos?

El chico se sentó junto a mi y yo desvié nuevamente mis ojos a cualquier otro lado tratando de tragarme la pena ajena que tenía atorado en el pecho.

— Te conozco ¿No? —dijo tratando de hacer contacto visual conmigo.

— ¿Perdón?

— Sí, sí, te he visto antes en algún lado.

— C-Creo que me confundes...

— Eres el chico que estaba tirado en los baños ayer ¿verdad?

¿Cómo demonios...?

— ¿Eres el tipo que entró? —pregunté directamente muy confundido.

— Soy el que te preguntó si necesitabas ayuda, mucho gusto —me extendió la mano.

— ¿Tú qué haces aquí? ¿Cómo es qué...?

— ¿Me dejarás con la mano extendida?

— ¿Qué no vas a la escuela?

— Soy del turno de la tarde, entro a las tres de la tarde a clase.

Ohh... eso explica porqué jamás lo había visto antes.

— Oye, se me está cansado el brazo.

— Ay, perdón, lo siento, mucho gusto. —estreché mi mano con la suya —. Si eres del turno de la tarde ¿que hacías en la mañana ahí?

— Es que estoy viendo si cambiarme al turno matutino y fui temprano para ver en las oficinas sobre lo que se debe de hacer para eso. ¿Y tú?

— ¿Qué?

— ¿Qué haces aquí? ¿Tú no eras del turno matutino?

— Ah, sí, lo soy, pero me dejaron faltar por lo de ayer...

— ¿Tan mal estabas?

— Eso parecía...

— Bueno, no vi que fuera la gran cosa, digo, sin ofender, pero se veía como algo que a cualquiera le podría pasar.

— ¿Tú crees...?

— Sí, seguro ni siquiera es nada, obvio es pasajero, algún día se te va a quitar.

Lo que decía tenía mucho sentido para mi...

— Cierto, perdón mis modales, me llamo Taehyung —al fin supe su nombre —. ¿Cuál es el tuyo?

— Soy Jungkook, es un gusto Taehyung —le dije con una sonrisa proyectándose en mi rostro y creo que lo contagié con ella.

— Puedes llamarme Tae.

— Entonces mucho gusto Tae —pude sacarle una ligera risa, su compañía era muy agradable —. ¿Eres buen patinador? —señalé su patineta.

— Algo así, estoy aprendiendo, ¿tú eres buen corredor?

— ¿Por qué lo dices? —pregunté confundido.

— ¡A ver si puedes alcanzarme! —se levantó de inmediato y se subió su patineta comenzando a rodar en ella, mi sonrisa se hizo más grande y sin pensarlo no hice más que seguir su juego, fui corriendo tras él.

Parasito Kim (Vkook/Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora