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días pasaron, días en los que el pelimorado se hizo medianamente cercano a nagi. incluso ocupó el lugar vacío a su lado en clases.
⎯ nagi ⎯ con un lápiz tocó la cabeza de este. ⎯ naaagi, despierta ⎯ dejó el anteriormente mencionado objeto a un lado y golpeó su cabeza nuevamente con uno de los tantos cuadernos que se encontraban desparramados en la mesa.
⎯ ouch ⎯ adolorido, colocó su mano en la parte corporal golpeada. ⎯ ¿por qué me golpeaste?
⎯ porque no despertabas ⎯ rió viendo la expresión del mayor. ⎯ vamos, ya es tiempo del receso para desayunar ⎯ se puso de pie, tomando el brazo del albino.
⎯ no quiero... ⎯ negó repetidas veces hasta que se vio obligado a hacerlo al escuchar el largo suspiro de reo.
para nagi todo esto era nuevo, no acostumbraba a desayunar, ni a mucho menos dejar el salón de clases para ir al patio interno. solo se quedaba ahí solitario, esperando a que llegue la hora de regresar a casa.
algunas personas solían intentar hablar con él, en especial las chicas, ya que a vista de todos parecía ser de esos chicos extrovertidos y coquetos pero, terminó siendo lo opuesto a eso. fue entonces cuando esas mismas personas comprendieron y decidieron no interferir en la rutina de cierto chico perezoso. en cuanto a nagi, no le molestaba que hablen con él porque, aunque no lo pareciera, disfrutaba escuchar a la gente. hasta le parecían interesantes los chismes, siendo que nunca se consideró una persona chismosa. quizás al final sí lo era.
⎯ cambia la cara y come ⎯ dijo ofreciéndole una pequeña porción de pastel. ⎯ abre la boca ⎯ el albino obedeció y abrió su boca, recibiendo el pastel.
⎯ está rico ⎯ comentó deleitándose con el exquisito sabor a chocolate con crema.
⎯ claro que lo está, lo preparé yo ⎯ rodó los ojos e hizo una mueca. a su vez, comió una porción de su pastel, siendo observado por el ojigris. ⎯ ¿qué me ves?
⎯ nada ⎯ repentinamente se levantó del suelo y se acercó a su compañero, el cual se encontraba apoyándose muy cómodamente en la pared. pasó su pulgar por la comisura del labio contrario, retirando el exceso de crema, para así llevarlo a su boca.
⎯ ¡nagi! ⎯ el mismo lo miraba extrañado por su reacción. ⎯ ¿por qué haces eso así de repente? ⎯ llevó ambas manos a su rostro, dándole la espalda al cuerpo contrario.
⎯ ¿qué tiene? ⎯ frunció su ceño ⎯ te habías ensuciado con un poco de crema ⎯ alzó sus hombros. ⎯ ¿estás bien?¿qué sucede?
luego de eso el pelimorado se dedicó a ignorarlo, preocupando al de ojos grisáceos.
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una vez más, nagi se encontraba frente a la pantalla, maldiciendo a lo bajo porque sus compañeros de lucha no colaboraban. al sentir tanto estrés decidió apagar el dispositivo y acostarse en su cama dispuesto a usar su teléfono. pero pocos minutos después se vio interrumpido al notar a su madre de pie en la puerta de su habitación.
⎯ ¿qué sucede? ⎯ preguntó.
⎯ sei, sal un rato a caminar ⎯ la mujer se acercó a él, tomando asiento a un costado de la cama. ⎯ estuviste casi toda la tarde frente a ese maldito monitor. quedarás ciego en cualquier momento.
⎯ no tengo ganas... ⎯ negó.
⎯ aún así, debes salir un rato ⎯ ladeó su cabeza y sonrió ligeramente. ⎯ de paso podrías pasar por el supermercado. necesito harina, huevos, chocolate, crema, fresas y leche ⎯ miró suplicante a su hijo. ⎯ puedes comprar algo que te guste también.
una de las cosas que menos le gustaban hacer era preocupar a su mamá, sin duda era horrible la incomodidad de ese sentimiento de culpa continúo. nagi siempre se planteaba que debía cambiar su forma de ser, que debía comenzar a mejorar como persona, pero no podía hacerlo por más que lo intente. eso le frustraba.
ahí se encontraba, absorto en sus pensamientos mientras paseaba por los pasillos del supermercado buscando las cosas que su madre le encargó. estaba tan concentrado que ignoró el llamado de un pequeño pelimorado a su lado, recibiendo un golpe por parte del mismo y carcajadas de ciertos individuos a su lado.
⎯ oh, reo ⎯ por un lado se sintió feliz de que este le haya dirigido la palabra, puesto a que el mikage se había dedicado a evitarlo los últimos dos días.
⎯ ¿qué tanto piensas? ⎯ frunció su ceño.
⎯ solo estaba intentando recordar lo que debía comprar ⎯ mintió. claro que no le diría lo que en realidad pensaba.
⎯ tienes una lista en tus manos, bobo ⎯ rodó sus ojos y suspiró.
⎯ ah, sí. lo había olvidado ⎯ respondió.
⎯ bueno, mira ⎯ volteó a ver a los chicos que se encontraban a su lado ⎯ ellos son chigiri, isagi, kunigami, bachira, rin y shidou. chicos, él es nagi, mi compañero de clases.
la palabra "compañero" resonó en la cabeza del ojigris. a esta altura, él pensaba que reo ya lo consideraba un amigo. al parecer estaba equivocado.
⎯ un gusto, nagi ⎯ dijo el peliazul con una sonrisa. los demás solo asintieron.
⎯ igualmente... ¿isagi? ⎯ el mencionado asintió.
no le sorprendió para nada ver a una pequeña cantidad de los tantos amigos que reo debía tener, ya que este tenía mucha facilidad para hablar con otros y contaba con un aura atrayente. parecía un imán de personas. todo lo contrario a él.
por primera vez, seishiro nagi se sentía extrañamente decepcionado por ser llamado "compañero de clases".
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