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⎯ ¿quieres venir con nosotros? ⎯ preguntó el chico de largos cabellos rosados. ⎯ iremos a uno de los parques a jugar al fútbol.
a nagi le pareció extraño, ¿por qué lo invitaría si no lo conoce?¿será así como ellos hacen amigos tan fácilmente?
quería aceptar su propuesta, decir que sí, que le encantaría ir con ellos, con reo. pero no pudo, simplemente no pudo y como consecuencia, ahí se encontraba nuevamente en soledad caminando hacia su hogar.
odiaba ser de esa forma, odiaba tener que lidiar con sus errores, con sus malos hábitos y con su solitaria y aburrida vida. pero aún más, se odiaba a si mismo por no poder hacer nada para cambiarlo.
⎯ ¡nagi! ⎯ el mencionado volteó a ver, encontrándose con el chico de ojos morados.
⎯ iba a ir con los chicos, pero los dejé diciendo que mi padre me necesitaba en casa ⎯ el más bajó sonrió. ⎯ decidí que iré contigo.
⎯ ¿conmigo? ⎯ ladeó su cabeza, señalándose vagamente.
⎯ sí, contigo ⎯ asintió y sonrió aún más ⎯ vamos, te seguiré.
⎯ mmh ⎯ sonrió ligeramente y retomó sus pasos junto al contrario.
el transcurso a su hogar fue silencioso, pero para nada incómodo. reo lo hacía sentir inexplicablemente bien. no sentía incomodidad por el frío ni por el viento, se sentía cálido.
⎯ ¡mamá, ya llegué! ⎯ colocó las bolsas en la mesa del comedor, haciéndole un gesto a reo, indicándole que se acerque.
⎯ oh, seisei... ⎯ la mujer apareció repentinamente en la entrada del comedor con una sonrisa de oreja a oreja al ver que su hijo venía acompañado. ⎯ ¿quién es él?¿tu amigo?
⎯ bueno, algo así ⎯ nagi rascó su nuca y tomó asiento en una de las tantas sillas.
⎯ sí, soy su amigo ⎯ miró de reojo al albino. ⎯ mikage reo, mucho gusto señora ⎯ se acercó a la fémina con intención de estrechar sus manos, pero fue sorprendido al ser fuertemente abrazado por esta.
⎯ ma... ⎯ colocó su mano sobre su frente, algo avergonzado.
⎯ bienvenido ⎯ soltó la mujer luego de dejar a reo respirar correctamente. ⎯ es un placer tenerte aquí. toma asiento.
⎯ muchas gracias ⎯ el pelimorado sonrió ampliamente y se sentó en la silla que se encontraba al lado del otro chico.
⎯ les traeré algo para merendar. cariño, ¿te gusta el café? ⎯ preguntó, recibiendo un gesto afirmativo por parte del más bajo. ⎯ bien, esperen aquí.
minutos después, se encontraban degustando los nuevos pasteles que la señora había preparado.
⎯ ¿está segura de que nunca se dedicó a la repostería? ⎯ la fémina rió al ser halagada de tal manera. ⎯ me encantaría recibir algunos consejos.
⎯ ma, reo quiere dedicarse a la repostería ⎯ su madre entendió de inmediato.
⎯ podría enseñarte algunos de mis trucos si gustas ⎯ propuso. ⎯ puedes venir a casa cuando quieras, pero solo tengo libres las tardes.
al mikage se le iluminaron los ojos al escuchar su propuesta y, por supuesto, aceptó sin pensarlo dos veces.
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⎯ eres un tramposo ⎯ se quejó el de ojos morados.
⎯ no lo soy ⎯ negó. ⎯ es solo que tú no sabes jugar ⎯ soltó una carcajada, burlándose del contrario.
nagi y reo habían pasado el resto del día en la habitación del primero jugando videojuegos. además, la madre del albino le había ofrecido al menor quedarse hasta el día siguiente, ya que se había hecho tarde y no quería dejar que ande solo por ahí. el mikage pudo haber llamado a su chófer, pero le agradaba la idea de pasar más tiempo con nagi, por lo que simplemente aceptó la invitación.
⎯ puede ser ⎯ dijo aceptando finalmente su derrota.
⎯ mmh ⎯ rió al ver el rostro del contrario. este había arrugado su nariz y sus labios formaban un ligero puchero. "lindo" pensó. ⎯ ya es tarde, ¿te parece si vamos a dormir?
⎯ está bien ⎯ asintió con una sonrisa.
decidieron dormir juntos en la cama de nagi, ya que el pelimorado se rehusó a dejar que el albino duerma en el sofá por su culpa.
⎯ buenas noches, seisei ⎯ sonrió. anteriormente había escuchado a su madre llamarlo así y le pareció muy tierno de su parte.
⎯ buenas noches... ⎯ respondió avergonzado.
ambos se miraban fijamente en silencio, apreciando con mayor detalle sus rostros. fue así hasta que reo no aguantó más y habló.
⎯ oye... ⎯ tomó una bocanada de aire y continuó. ⎯ ¿puedes abrazarme?
el silencio del más alto se lo estaba comiendo vivo.
⎯ eeh, nada. olvídalo ⎯ con sus mejillas fuertemente ruborizadas, se dio la vuelta, dándole la espalda al ojigris.
para su sorpresa, dos grandes manos se apoderaron de su cintura, se trataba de nagi. este lo apegó a él y abrazó su cintura con ambos brazos.
⎯ ¿así está bien? ⎯ preguntó.
⎯ ¿ah? ⎯ sobresaltado, se dio la vuelta, encontrándose con el rostro sereno del albino. ⎯ sí...
los ojos grisáceos de nagi eran como una linda noche estrellada; hermosos, profundos y brillantes. pero, por una extraña razón, esas dos preciosas gemas le hacían sentir un raro cosquilleo en su vientre. ¿era bueno o malo? el ojimorado no lo sabía y eso le incomodaba.
⎯ puedes abrazarme también si quieres ⎯ reo asintió, para así abrazarlo y esconder su rostro en el pecho del mayor, recibiendo suaves caricias en su cabello por parte de este.
mikage reo: era lindo, tenía muy buena personalidad y un propósito en su vida. todo lo contrario a él, o por lo menos así lo pensaba el ojigris.
esa fue la primera vez que seishiro nagi pudo dormir plácidamente, sin conflictos ni incomodidades.
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