Reunión

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M'gann

Abrí los ojos y me encontré a Impulso mirandome.

-Santas papas fritas, por fin despiertas.-Bart se quedó quieto y me sonrió.

Quise reírme, pero me sentía tan cansada. Levante mis dedos y me sobé la sien. Sobandome la cabeza encontré unas marcas en mi cara. Rojas y calientes, recién hechas.
Y así, todos los recuerdos regresaron.

Todo. Conner. Ra's. Nightwing. Impulso. La explosión.

-¿Pero qué demonios pasó?-pregunté sin importarme la combinación de palabrotas.-¿Dónde estamos? ¿Dónde están los demás? ¿Por qué no hay nadie? ¿Dónde está Ra's? Dios santo, Bart, tenemos que salir de aquí ¿Dónde dijiste que estábamos?

Bart sonrió y se acomodó un mechón pelirrojo que se había metido en su mirada. Fue un gesto demasiado despreocupado.

-Estamos aquí.- dijo y casi le saco los ojos por respuesta tan tarada.

-¿Pero dónde?-pregunté irritada.

-Aquí. La SpeedForce.

Mi boca se quedó abierta demasiado tiempo y Bart terminó por cerrarla con su mano.

-¿Cómo?-fue lo único que logré sacar de mi seca garganta.

-Eso no lo se todavía.

-Es imposible, Bart.-lo miré-La SpeedForce es el santuario de los velocistas, no de una marciana. Yo no puedo entrar.

El sólo rió y se hizo dos pasos atrás. Desapareció y reapareció en otro lugar usando su velocidad. Estaba jugando conmigo.

-Vamos, Meg. Hay que jugar.-¿qué mosca le había picado?

-No seas ridículo, yo no puedo alcanzarte, Bart.-le dije caminando hacia él. Noté a mi alrededor: nada. Nada. Todo blanco e infinito.

-Aqui puedes hacer lo que quieras.

Desapareció y reapareció diez metros más lejos.

-¿Y cómo puedes estar tan seguro que estamos aquí?-caminé más.

-Este es el mismo lugar en el que vi a Wally. Donde me dijo que tenía que ayudarlo.

Lo miré tratando de saber si estaba diciendo lo verdad. Me miró. Le sonreí.

Me concentré en seguirlo mientras él desaparecía una y otra vez. Su estela me decía a donde iba. Y sin embargo, tenía que concentrarme para alcanzarlo. Desaparecía y reaparecía donde él había estado. Como si yo fuera una velocista. Mis poderes, aunque eran diferentes que los de ellos, tenían unas cuantas similitudes.

Paró en seco y choqué con él.

Senti la razón por la que había parado justo cuando todo a nuestro alrededor se prendía. Literalmente, de ser un lugar blanco y sin chiste, pasó a ser un túnel de colores demasiados brillosos para mis ojos marcianos.

-Mierda.-exclamé.

-¡Auch!

-Mierda.

-ME ESTAS PISANDO EL DEDO MEÑIQUE.-su voz sonó atorada en su garganta mientras yo cerraba los ojos. Me moví para darle espacio.-Oh no, por las barbas de Jay Garrick. No vas a creer lo que estoy viendo.

Volteé, tratando de enfocar un poco entre todos los colores.

Lo que vi me dejó en shock, hasta que me tocó el hombro y me sonrió. Sin decir nada, como sólo él sabía, esa sonrisa dijo todo lo que 7 meses no pudieron. Su pelo rojizo todavía en punta, sus googles bien puestos aún, su traje amarillo igual de sucio que cuando desapareció.
Impulso le cayó encima. Sus brazos estrujaron su cuello.

Justica Joven: El regresoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora