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Pues de una noche de verano, nació una pequeña flor que la misma Diana egendro con una lágrima. Diana no lloraba por no poder enamorarse, ya que ella era la diosa de la caza y a su vez de la pureza, ella no podía enamorase y por lo tanto tenia que permanecer con su virginidad. Diana lloraba por no poder enseñar sus principios a alguien cercano, entonces Juno la diosa del hogar, la familia y fertilidad, esposa de Júpiter le concedió ese deseo, y de una flor del pacífico y una lágrima de Diana, nació Elis.
Elis nunca se separo de Diana puesto que era su madre. Diana le enseñó todo los valores y normas que ella llevaba acabo. Pero Elis no podía evitar espiar a los mortales viendo como se enamoraban y se perdían entre abrazos y besos.
Elis era una bella joven, al provenir de una Diosa, tenia facciones de Diosa, como un cuerpo muy bien esculpido y muy buenas proporciones y como provenía también de la flor del pacifico su pelo era de un pelirrojo brillante y que al tazto era como seda, unos ojos verdes en los que se podía ver reflejada la selva y unos labios carnosos.
Elis, era una gran aventurera y sus grandes dotes en la caza eran mejores que los de la misma diosa.
Diana pensaba que podría protegerla del amor toda su vida, pero no podría ser asi, Elis era un alma libre, salvaje, joven y necesitaba vivir al máximo puesto que su vida no iba ser larga. Su vida dependía de la flor de la que se engendro, si esa flor se ponía mala, Elis también y si la flor se moría, Elis también.

Todos los dias amaneceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora