Te encontré.

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Colgué y guarde el celular en mi bolsillo izquierdo del pantalón, tomé las llaves de mi auto y apartamento. Tome el elevador y me encontré con mi vecina, hablamos hasta que ella quedo en donde había marcado en el elevador y yo seguía bajando, para llegar al estacionamiento, me di cuenta que no había agarrado las llaves de mi ferrari, si no las de mi camioneta, una silverado roja, con unos rines color dorado, me encantaba mi camioneta, solo que con el Ferrari corría mas.

Me monte en ella, encendí el aire acondicionado y me abroche el cinturón de seguridad, abrí la guantera y saque mi colonia, me lo esparcí por toda la ropa porque ya me entere que las mujeres no se resisten al perfume de hombre y tome camino hacia la cafetería.

Volví a pedir una mesa para dos, tenia la esperanza de que hoy daría con Na, y no me daría por vencido con su búsqueda. Tome asiento y llame al camarero que se encontraba en frente de mi.

Si buenas, que se le ofrece?. -Dice el camarero.

Me da un jugo grande de naranja y dos mini pizzas por favor.

De inmediato señor.

Okey debo admitir que tengo el hambre de mil diablos, de por si no había comido bien, ayer lo único que había comido era la mini pizza.
El camarero llego a la mesa con mi pedido en mano, estaba tan feliz, por fin! Volvería a comer, y seré completamente sincero esta mini pizza es la mejor que e probado.

Comienzo a marcar los números para poder al fin escuchar la hermosa y sensual voz de NA. Probaré a suerte, intentare con el 9, casi siempre pasa en las películas de amor, donde el ultimo dígito es el número que resulta ser.

Marqué el 9, y el resultado no fue de mi agrado, era el imbécil de Fernando, aun no puedo creer lo que me había hecho, aunque preferiría no volver a recordar esa espantosa e indeseada escena.
Perfecto el nueve esta más que tachado de mi lista, digo golpeando fuertemente el vaso contra la mesa, quebrandolo,el sonido que se produjo fue muy alto, tanto que llamo la atención de los que se encontraban a mi alrededor.

Señor! Tiene que pagar por el vaso!.-Grito el mesero.

Me puse de pie y pedí perdón por tal comportamiento.

Si, pagaré.

Me vuelvo a sentar y marco el número 8. Me contesta una joven a la cual le calculo unos 14 o 15 años, me disculpó y vuelvo a colgar.

Vaya Na la verdad no eres muy fácil de encontrar, aunque no me daría por vencido. Saque mi celular para ver la hora y eran las 7:45, tenia que ir a trabajar. Puse el efectivo en la carta y salí me levanto del asiento. Me quedo en medio de la cafetería.

Aún me queda tiempo para una ultima llamada, empiezo a marcar los números, camino con mi celular en la mano mientras salgo del lugar y sin querer tropiezo con una señorita, me disculpo, y cuando me percate, era Na! Y al cabo de unos pocos segundos suena su celular, revisó mi teléfono y me di cuenta que marqué el 7.

Cosas del destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora