Estrellas.

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"Tomar riesgos siempre me ha dado miedo, pero ahora mi vida entera es un riesgo".

—Trabajaremos juntos para construir la melodía, para algunas personas suele ser más difícil y según lo que me dijo Namjoon, ese es tu caso. El niño Jeon nos ayudará, es un prodigio, sabe tocar todo tipo de instrumentos.

Yoongi había estado peleando con Jungkook desde que llegaron, pero puedo notar ese pequeño brillo en sus ojos cuando habla de él, se nota que está muy orgulloso de su hermano menor ¿Qué se sentirá tener un hermano?

—Y también sé cantar, así que puedo ayudar con pequeñas voces de fondo. —Dijo Jungkook con una sonrisa encantadora.

—Cállate Jeon, no seas presumido.

Así transcurrió lo que considero uno de los mejores momentos de mi vida. Los chicos son muy divertidos, estuvieron peleándose todo el tiempo y yo no paraba de reír ante esas escenas tan adorables. Es algo nuevo para mí y es hermoso, no recuerdo cuándo fue la última vez que reí con tanta sinceridad...

—¡Yoon! Ya me aburrí de estar aquí, además Jimin y yo no estamos haciendo nada, tú eres el que está haciendo esa cosa. —Después de tres horas de constantes juegos y peleas Jungkook había perdido la paciencia.

—No me molestes ¡Estoy intentando que el chico se vuelva una estrella! Lárguense los dos si quieren.

—¡Está bien! —Jungkook no perdió más su tiempo, tomó mi mano y ambos salimos corriendo de la habitación dejando a Yoongi solo, pude escuchar un último grito de su parte mientras corríamos.

Jungkook tomó mi mano y salimos corriendo hacia el jardín, él estaba dando volteretas y corriendo por todos los alrededores mientras yo solo lo observaba desde la oscuridad. El jardín es el único lugar al que mi madre me permite salir, sembré rosas azules junto a ella. Cada noche salgo a ver mis flores, las cuido como lo más preciado que tengo. Mis rosas brillan y resplandecen como miles de estrellase en el cielo, sueño con poder ser igual que ellas algún día.

No sé qué habrá visto Jungkook en el jardín, pero salió corriendo tan rápido como un rayo hacia el estudio en el que se encontraba Yoongi. Parpadee un segundo y ya traía a un Yoongi furioso sujeto del brazo.

—¡¿Qué carajos quieres?! —gritó Yoongi después de liberarse del agarre de Jungkook.

—¡Yoon, aquí hay un árbol de mandarinas!

Ahora quién salió corriendo como un rayo hacia el jardín fue Yoongi, creo que el estar locos y correr como guepardos es de familia. Me mantuve observando cómo Yoongi intentaba subir al árbol de mandarinas y caía consecutivamente de él, al final quién subió al árbol y bajó con muchas mandarinas fue Jungkook. Me hubiese gustado poder divertirme con ellos... Pero lo único que puedo hacer es observar cómo juegan bajo el sol.

Ese sol tan radiante y hermoso... Que para mí es tan letal.

Ambos chicos se acercaron hacia mí cargados de mandarinas, fue lo más raro que pude haber visto. Yoongi tenía un par de ramas y hojas en la cabeza y Jungkook rompió su camisa al bajar del árbol.

—¿Puedo preguntar por qué...

—Las mandarinas son caras. —Dijo Yoongi interrumpiendo mi pregunta.

Luego de un día lleno de risas y juegos, la noche por fin llegó. Mi mami aún no llegaba, y eso es muy preocupante, ella siempre suele estar conmigo a la hora de la cena. Bueno, tal vez estoy exagerando mucho, creo que su psicosis es contagiosa.

—Joven Park, su madre me ha informado que no llegará a casa dentro de 4 días, pero que confía en que usted sabrá comportarse y en que sus nuevos guardaespaldas lo cuidarán muy bien.

Casi grito de emoción al escuchar al mayordomo. Nunca antes había estado tan feliz por la ausencia de mi madre, si a mi yo de hace un par de semanas le dijeran esto, diría que es una locura.

Cuando todo el personal de la mansión estaba descansando y la luna se encontraba en su punto más alto, Jungkook y Yoongi llegaron a mi habitación con una gran mochila que contenía todo tipo de aparatos para burlar el sistema de seguridad.

Esos tipos en serio estaban dementes porque lo lograron con facilidad, el sistema instalado era uno de los mejores que se podían encontrar y para ellos fue como un juego de niños.

—Listo ¿Eso era tan difícil de hacer? Eres un llorón. —dijo Yoongi después de haber silenciado las alarmas. Jungkook se encargó del resto del sistema.

—Cállate ¿No ves qué el nene está chiquito? —Al terminar con su parte del trabajo Jungkook también se unió a la conversación.

—Ay miren quién lo dice, el gigante. —Yoongi rodeó los ojos.

—Sí, y más grande que ustedes dos juntos. —Jungkook soltó una pequeña risa, pero se calló de inmediato al notar la mirada asesina que Yoongi le estaba dando.

Después de varias peleas entre esos dos, salimos de esa prisión, mi prisión. No sabía a dónde iría ni que pasaría allá afuera, pero sabía que estaría bien si estaba con ellos. Todo se sentía tan energético... Como si estuviera drogado, nunca me he drogado pero según la descripción de la mayoría de las personas y el estudio científico que he realizado, supongo que se siente así. Me atrevo a decir que este sentimiento es más fuerte que una droga.

Es el sentimiento de la libertad, la adrenalina y la felicidad.

—Llegamos. —Salí de mis pensamientos al notar que estábamos frente a un edificio enorme y lujoso.

—¿Qué hacemos aquí? —Observé atentamente la entrada del pent-house que tenía frente a mí, estoy acostumbrado a vivir entre lujos, pero ese lugar me dejó impresionado.

—Vamos a visitar a un buen amigo mío, Kim SeokJin. Es un cantante muy bueno y profesional, sin embargo, nunca quiso lanzarse al estrellato. Sé que estará muy feliz de ayudarte, él podrá hacer que encuentres tu estilo de canto.

Al parecer Yoongi se estaba tomando muy en serio el convertirme en una estrella. Mi conclusión es que él en serio es muy bueno o está muy mal de la cabeza.

—Jimin ¿Vez todas esas hermosas estrellas que adornan el cielo? —Dijo mientras apuntaba hacia el cielo con su dedo índice y me abrazaba por la cintura.

—Si...

—Brillarás más que ellas, incluso más que el mismo sol. 

Voz AngelicalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora