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Momo se encontraba con las almohadas cubriendo sus oídos, eran más de las dos de la madrugada y el ¡estúpido! bebé no dejaba de llorar.
-¡Dahyun! -Se quejaba.
Su esposa estaba en la otra habitación tratando de hacerlo dormir, pero cada vez que lo dejaba sólo, Minho volvía a llorar. Era la primera noche y Momo ya no lo soportaba, quería lanzarlo por la ventana para que se callara de una vez. De pronto se quitó lentamente las almohadas cuando ya no escuchó nada, ni un solo sollozó por parte del niño.
-Al fin -Suspiró con cansancio, sonriendo como si le hubieran inyectado morfina.
Observó a Dahyun entrar y su sonrisa se esfumó, ¡Traía a ese chamaco en sus brazos!
-Momorin...
-¡No! -Se reincorporó de inmediato -No va a dormir con nosotras, tiene su propia habitación y ya debe de aprender a ser un hombre y estar solo -Se cruzó de brazos.
-Pero Lisa -Suplicó -Debe tener miedo a la obscuridad.
-¡Pues prendele un foco!
-Estás actuando como una niña, Momo -Regañó -Si no quieres que duerma con nosotras, pues no lo hará -Momo asintió con autoridad -Tú dormiras en el sofá.
El bebé rió.
-¿Que? Pero cariño...
-Ya dije -Colocó a Minho al centro de la cama.
-Pero amor...
-¡No me hagas volver a repetirlo, Momo! ¡Vete al sillón, ahora!
El bebé volvió a reír, y Momo gruñó apretando los dientes, seguro ese era su plan desde el principio.
-Eres un...-Quizo tomarlo.
-¡Momo! -Volvió a regañar -Ve al sofá.
La pelinegra a regañadientes tomó su almohada con molestia, ese que estaba debajo del bebé, haciéndolo golpear su cabeza contra la cama y asustándolo.
-¡Momo!
-Yo no hice nada -Se encaminó a la puerta, y rió a escondidas cuando su esposa no podia verla.
Momo entró a la cama y abrazó con cuidado al nene, quien se quedó dormido al instante.
Momo tambien ya estaba durmiendo en el sofá, media doblada pero durmiendo en fin. Abrió los ojos cuando sintió a alguien levantando la sabana con la que se cubría, observando con duda a Dahyun quien se acomodó sin siquiera mirarla entre sus brazos, acurrucandose a ella como si fuera una tierna bebé.
-El bebé no puede no puede dormir si no está con alguien -Murmuraba -Pero yo no puedo dormir si no estás a mi lado.
Momo sonrió, besando cariñosamente la frente de su amada y pegándola a su cuerpo para poder sentir su calor, Dahyun estaba sonrojada.
-Eres mi bebé, Dahyunie -La castaña rió junto a su esposa -Una bebé muy gruñona pero te amo.
A la mañana siguiente, ambas despertaban con dolor de espalda, Momo ni podía agacharse para recoger el periódico y Dahyun estaba de la misma manera.
Ahora la castaña preparaba el desayuno, mientras Momo cargaba y trataba de preparar la leche del bebé con una sola mano.
-¿Esto está bien? -La pelinegra llegó al lado de Dahyun, mostrando el biberón.
La castaña lo tomó para verificar, mientras era observaba expectante por la mirada de Momo y Minho, quien ya tenía hambre.
-Está perfecto -Sonrió con orgullo -Dáselo con cuidado -Se lo devolvió y el bebé lo tomó enseguida entre sus manos -Pero luego limpia todo ese desastre.
Momo observó con pereza toda esa leche en polvo esparcida por el piso, lo había votado por culpa de un inquieto niño que no dejaba de manotearle la cara.
-Pero yo no lo hice, que lo limpie él -Se quejó con las cejas fruncidas.
-Él es sólo un bebé, Momo.
-¡Pero se esta riendo! ¡Miralo!
-¿Quieres por favor dejar de actuar de manera tan infantil? -La miró seriamente.
-Pero...-Hizo puchero -Se está riendo -Lo señaló.
-¡Ash! Mejor ponte a limpiar de una vez o no hay desayuno -Subió con molestia a su habitación.
Media hora después, Momo terminaba de limpiar completamente el piso y suspiraba con cansancio, mirando con orgullo su trabajo.
-Mi Dahyunnie va estar contenta -Asentía con una sonrisa, giró para poder llevar al bebé al segundo piso y avisarle a Dahyun que había acabado, pero abrió los ojos cuando sorprendió al bebé votando el resto de leche polvo al piso -Pero que...-Se acercaba sin poder creerlo -Tú - señaló con molestia -Lo hiciste apropósito -Apretó los puños -Te voy a... -Reprimía su furia, haciendo la manía de querer ahorcarlo mientras el bebé no paraba de reír.
Momo lanzó la escoba al suelo.
-¿Sigues con tus berrinches? -Dahyun bajaba las escaleras -Será mejor que te apures.
-Pero yo ya limpie.
-Vaya que lo hiciste -Ironizó -Voy a cambiar a Minho para ir al supermercado, apresurate si quieres desayunar al menos un pan -Subió nuevamente a la habitación.
-Pero... -No sabía cómo reaccionar -¡YO YA LIMPIE! ¡NO ES JUSTO!
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Una hora después, Momo cargaba entre gruñidos a su ahijado en el supermercado, mientras tanto Dahyun tomaba los alimentos necesarios para la semana.
-Ahora vuelvo -Avisó la castaña -Se me olvidó llevar la comida para Boo.
-¿Me vas a dejar con él?
-Momo, sólo serán unos segundos -Respondió antes de marcharse.
Ahora Momo mecía de mala gana al pobre de Minho, llevándose con la sorpresa de que el bebé se estaba riendo.
-Vaya...-Lo puso frente a ella -¿Te gusta esto enano? -El pequeño sonreía con uno de sus deditos en la boca.
Dahyun frenó su andar cuando pudo apreciar a lo lejos, a su amada esposa jugando junto a Minho, riendo cuando lo balanceaba como si fuera un avión en pleno vuelo.
Tal vez Jihyo tenía razón, Momo podría encariñarse y desear un hijo propio lo más antes posible, eso haría muy feliz a Dahyun.
Momo gritó aterrada cundo el bebé vómito en abrigo de cuero.
-¡Que asco! ¡Mira lo que hiciste! -El pequeño reía.
O tal vez le tome más tiempo a Momo en hacerlo.
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