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-¿¡Como que un mes!? -Momo no podía creerlo, esperaba con una sonrisa la llegada de sus amigas, pero la noticia que le acababa de dar Dahyun, borró cualquier rastro de alegría.
-Tienen derecho a divertirse -Comentó la castaña.
-¿¡Y por eso dejan a este monstruo con nosotras!? -Señaló a Minho quien la miraba con los ojos entrecerrados -¡Y tú no me mires así!
-Ya Momo, tranquila, esta semana no fue tan malo como pensaste, fue divertido cuidarlo, ¿no crees? ¿Que más da si se queda un mes más?
-Claro, lo dice quien no sufrió por su culpa.
-No exageres, no fue tan grave.
-¿Que no fue grave? -Preguntó incrédula -¡Mira como estoy!
Momo estaba en sillas de ruedas.
Un día, mientras Momo trapeaba el piso junto al bebé a un lado en su sillita de seguridad, el bebé jaló "accidentalmente" el cable del Dvd que colgaba a un extremo de una de las repisas.
El Dvd le cayó encima.
Una pecera le cayó encima.
Los libros le cayeron encima.
Toda la repisa se le cayó encima.
-Fue sólo un accidente, amor -Dahyun acariciaba la cabellera de la pelinegra, quien tenia el puchero fuera temblando -Sólo un mes, ¿Si?
-Está bien -Gimoteo -Pero sólo lo hago por que tú me lo pides.
Una semana después, Momo por fin podía caminar por su cuenta, ahora veia una película junto al bebé en el sofá, ambos distraídos por el trama, o mejor dicho, mujeres.
Era el concurso de Miss Universo.
-Ya llegué -Entraba Dahyun con una sonrisa, pero no recibió respuesta -Momo -Llegó a su lado -Cariño, ya llegué.
-Sí, sí, ya te vi -Estaba muy distraída con la chica de España.
Dahyun miró incrédula a su esposa, para luego ver la tele y darse cuenta de por qué su actitud, refunfuño entre dientes y soportando su celos, se sentó al lado del bebé.
-Hola pequeño -Quería mimarlo -¿Cómo está el bebé mas hermoso?
-¡Dadada! -Se quejó Minho con los ceños fruncidos y volvió a mirar la tele.
La castaña observó de mala manera a los dos y ya no soportando que la estén ignorando, caminó hasta el televisor y lo apagó sin permiso.
-¡Yo estaba viendo eso! -Protestó Momo.
-¿¡Que dijiste!?
-N-nada. -Sonrió nerviosa -Igual, ya no quería verlas -Minho comenzó a reírse -¿De que te ríes pendejo?
-¿Así le habla a un bebé? -Momo palideció al escuchar esa voz detrás de ella.
-Ellos se llevan así, mamá - respondió Dahyun.
-Eso no es correcto, ¿Qué cosas le está enseñando a este niño? Hablar lisuras y ver mujeres en poca ropa, eso no es un buen ejemplo -Su suegra la miraba de reojo, reprochando su actitud.
-Hola suegrita -Sonrió incomoda.
-Ya te he dicho miles de veces de no me llames así, yo quería que se casara con Eunwoo no contigo, pero bueno, uno puede cometer errores en su vida.
-¡Mamá! -Advirtió Dahyun.
-Yo también la eché de menos -Gruñó Momo -¿Que hace por aquí querida bruja digo, suegra?
-¿Acaso no puedo ver a mi hija?
-Existen fotos.
-Ya basta -Intervino Dahyun -Mamá, me dijiste que llevarías la fiesta en paz.
-Esta bien, pero será difícil ignorar aquel olor a patas de tu esposa.
-¿Perdón? -Momo se ofendió.
-Oh, ¿pero quien es esta hermosura? -La señora se enternecio con el bebé, llegando e inclinandose frente a él -Pero que linda niña -Minho la miró feo, observando a Momo quien aguantaba la risa.
-Es niño, mamá -Corrigió Dahyun.
-Bueno, ¿pero por que no me dijiste que ya era abuela? -Apretaba los cachetes del pobre bebé.
-Es que...No es de nosotras, es el hijo de Jihyo -Respondió la castaña con algo de tristeza.
-Ya decía yo que Momo no podía hacer algo tan lindo.
-¡Mamá!
-Pero ya es tiempo que me den un nieto, llevan años casadas -Protestó su madre - ¿Acaso no te funciona? -Preguntó a Momo.
-Señora, para que lo sepa, yo le doy a su hija dos veces al día.
-¡Pero que grosera!
-Su hija no piensa eso.
-¡Momo!
Minutos después, la pelinegra no sabía si reírse o sentir pena por Minho, su suegra no dejaba de ponerle trajes ridículos y tomarle fotos para subirlo a instagram, como ahora que está usando un disfraz de Sailor Moon.
Ah pero cuando Dahyun y ella tengan a su primer hijo, no permitirá que esa bruja ridiculice de esa manera a su pequeño, y si lo hiciera, la tomaría como un balón de fútbol y la echaría a patadas de su casa.
Momo sonrió ante esa idea.
-Ay, pero que lindo -La señora no dejaba de tomar fotos -Ahora te pondré esto -Mostró un disfraz de sirenita.
-Bueno, ya basta -Momo cargó a Minho -Ya le hemos dicho que es un niño, no una niña -La miraba seriamente.
-No puedes decirme que hacer con mi nieto.
-¡No es su nieto! -Reprochó, para ver a su suegra ignorarla e irse al lado de su hija quien preparaba el almuerzo -Te voy a quitar este ridículo disfraz.
Por primera vez desde que se conocieron, Minho le sonrió. Minutos después el bebé estaba muy bien vestido, parecía un modelo y al pequeño le fascinaba.
-Muy bien, enano -Momo susurraba -Tú no me agradas, ni yo a ti, pero tenemos algo en común -Miró a su suegra -Detestamos a esa bruja -Minho a asintió tomando de su biberón -¿Que te parece una alianza? Y la sacamos de mi casa de una vez ¿aceptas? -El bebé sonrió con maldad -Tomaré eso como un sí -Momo sonrió también con maldad, tenían una misión que cumplir.
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