S Á L V A M E

Prólogo

Fue extraña la primera vez que lo vi. Vestía camisa a cuadros de un rojo tenue con rayas color negro. Recuerdo el tacto de su mano, su voz y la forma en que me habló. Me tuvo a primera mirada y yo no pude hacer nada para no caer. Se trató de un momento completamente aleatorio, no tenía porque conocerlo, no había manera en que de otra forma nos hubiésemos topado pero había pasado y ahora ambos estábamos aquí.
Para este momento de mi vida parecía tener todo resuelto, pero por algún motivo no me sentía de esa forma. Cuando lo conocí creí que lo que me hacía falta era él, no podía asegurar nada porque no lo conocía de esa forma, ni siquiera sabía si se interesaría en mi. Estaba en los detalles de su hablar y en cómo sus acciones me llevaron a imaginar una relación con una persona que acababa de conocer.
Es bien sabido que el destino es bien curioso, muestra tumultuosas oportunidades y una catástrofe de desenlaces ¿A dónde me llevaría esta vez? Ni por la cabeza me paso que me haría darme cuenta que lo que me había imaginado no era suficiente para mi. Era el destino, no llevándome, arrastrándome al fuego y a lidiar con las quemaduras que traerían consigo mis sentimientos. Sin dejar de lado el orgullo que tendría que perder para realmente vislumbrar lo que aguardaba del otro lado.
En mi cabeza solo se repetía una cosa:
Sálvame.