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Un cuarto en la oscuridad, un policía frente a él, aquel pelinegro no estaba dispuesto a hablar. Pues llevaba una semana ahí encerrado sin querer decir cómo llegó hasta ahí.

Y cómo fue que se involucró con ese asesino, por supuesto no iba a delatarlo.

—¿Hablaras? —una lámpara le lastimó los ojos y miró con frialdad al oficial sentado frente a él listo para interrogarlo como lo había hecho hace días.

El menor se limitó a decir o hacer algo, mantuvo su mirada firme ante ese hombre que no le intimidaba ni un poco.

—¿Por qué sigues protegiéndolo? —cuestionó y el contrario hizo una mueca.

—No protejo a nadie oficial —murmuro para después inclinar su cabeza un poco hacia atrás y después suspirar —aunque hable, él vendrá por ustedes y los dejara jodidos —hablo con una profunda voz y casi asegurando.

Solo estaba esperando a que su captor regresara por él y ver el show que le regalaría frente a sus oscuros ojos.

—Joven Puttha, si colabora con nosotros lo protegeremos —el menor soltó una carcajada asustando un poco al oficial.

Podía ver la maldad en los ojos de ese pelinegro, sobre todo lo demente que lucia.

—No me joda —terminó de burlarse para volver a mirarlo chasqueando la lengua —ustedes son una mierda, ¿enserio creen poder manipularme?, no dire nada y si quieren matarme adelante, ¿o acaso les tiembla la puta mano? —sonrió mientras decía eso, burlándose y retando al policía quien tragó saliva.

No sabía cómo lidiar con ese pelinegro, poco a poco entendía que él colaboraba con su captor y que no le temía ni un poco. Algo en el aspecto del menor llamó su atención, tenía un collar delgado de plata con la letra pequeña "B" y junto a sus clavículas una cicatriz con la misma letra.

—Usted sabe dónde está, le aseguro que-

—Dije que no me jodieras imbecil. No dire absolutamente nada, es más, me declaro culpable —volvió a sonreír como un maldito loco o así lo describió el oficial —yo Jakapan Puttha colaboré en cada asesinato, ¿y adivine que?, me encantó, ahora hágame mierda —confesó para después ver como aquel hombre uniformado salió asustado y rendido  de la habitación.

Jodidos oficiales que querían sacarle información pero no lo lograrían.

Su chico pálido lo hacía sentir diferente, pues estaban igual de dementes.

No creyó encontrar a su alma gemela en aquellas malditas vacaciones. Un adolescente de diecisiete años fan de libros ficción, conoce un psicópata vampiro. ¿Qué mas podía pedir?, de querer hubiera huido desde el inicio pero se acostumbró a sus bellos maltratos.

Sabía que su vampiro no lo iba a dejar ahí para siempre, el menor estaba siendo paciente esperando por él y obvio que estaba ansioso por ver cómo ese ojeroso asesinaba y tragaba sangre de cada uno de los oficiales presentes.

Ya quería ver el precioso color rojo regado en ese lugar.

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Haggard Vampire | BibleBuild Donde viven las historias. Descúbrelo ahora