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Desperté y no supe a qué hora me quede dormido, debí estar muy cansado para aún poder dormir sabiendo el peligro en el que estoy.

No sabía si estaba amaneciendo, anocheciendo o algo, no había luz en esa habitación, estaba cubierta de cortinas color negro en cada ventana. Tampoco se podía sentir el aire, tenía calor y mi cuerpo ya empezaba a sudar.

Luego escuché murmullos acercarse, no pude decir algo debido a la cinta bien puesta en mi boca. Tonto vampiro desconfiado, solo e podido removerme pero no logró nada.

Un chico pálido y más alto que el de ayer entró, luciendo molesto, ¿quien es este?, por su aspecto supongo que igual es un vampiro pero no es él, no era mi captor. No había visto bien que mi captor si venía detrás de él. —¿Que mierda harás con este mocoso? —murmuró el hombre más alto tomando mi mentón. Malditos vampiros iguales, ¿qué afán tienen de lastimar mi mentón?, trate de no demostrar dolor ante el agarre.

—Y a ti que coño te importa —murmuro el otro sentandose tranquilamente hablando con voz aguda.

—Bu-Bueno, hiciste mal en traerlo —el ojeroso se veía ya fastidiado, se levantó y se acercó a nosotros pero tomó al alto del hombro.

—Ta, amigo mío, cierra esa puta boca tuya sino quieres que te joda el maldito estómago —amenazo con voz ronca. Este inútil...no tiene compasión por nadie. Estoy jodidisimo.

Así que Ta era el nombre de aquel hombre alto, yo solo me dediqué a mirar a ambos pero eso, incómodo al vampiro . —Baja la cabeza, inútil —murmuro pero no obedecí.

—E-Entonces...¿qué quieres que haga?

—Absolutamente nada, quedarte a cuidar a este bastardo

—¿Que?, lo que hiciste estuvo mal y tu padre-

En cuanto dijo eso un puñetazo fue dado por el vampiro en la mejilla derecha de Ta haciéndolo perder el equilibrio y cayo al suelo rendido. —Levanta esas putas orejas tuyas que no repetiré esto. Deja de joderme la puta vida, maldito vampiro de cuarta —lo pateo un par de veces dejándolo sin aire para después tomarlo de sus cabellos castaños provocando quejidos agudos en el —¿te quedó claro? —murmuró soltando por fin al chico.

De un solo golpe parecía haberle destrozado el rostro. Me miró unos segundos y luego se agachó pareciendo olfatearme. Hizo una mueca y luego me miró con enfado.

—Maldito mocoso inútil —habló para ver a Ta ya reaccionar y levantarse lento para no marearse —¿por qué razón sigues tirado como vagabundo?, lárgate —le grito y el castaño salió casi tembloroso y lleno de coraje por el trato recibido del chico pálido. Era lógico yo igual hubiera actuado así.

Suspiré, y también se como actuar ante esta situaciones, como lo es el secuestro, así que con mi mayor esfuerzo miré al vampiro con ojos suplicantes, debo verme ridiculo o sumiso pero es lo único que me queda hacer. —¿Quieres fuera la cinta? —asentí tratando de ser paciente y lucir calmado ante el vampiro para engañarlo fácilmente y resultó muy bien. El ojeroso suspiró y me quitó la cinta de golpe sin importarle si lastimaba o no.

—Ugh —solté un quejido sintiendo mis labios palpitar del dolor.

—Cállate —ordenó mirando mis labios ya se que deben estarse tornando rosa y luego rojos debido a que ese maldito jaló muy fuerte.

—Jodido vampiro. Déjame ir —pedí sin miedo a ser golpeado.

—Si sigues con tus inútiles suplicas esta cinta volverá a esa puta boca tuya —murmuro levantándose —Idiota

Haggard Vampire | BibleBuild Donde viven las historias. Descúbrelo ahora