Lucy, una joven de 18 años con cabello castaño largo en una trenza que se pasa por encima del hombro y ojos color avellana con lentes, una ropa sencilla negra con jeans azules, remera gris y chaqueta marron, comenzó su primer día de clases en la Universidad Shinningville con una mezcla de emoción y nerviosismo. Sus cabellos en forma de dos coletas largas ondeaban ligeramente mientras caminaba por el campus, llevando consigo el peso de la expectativa y la novedad del ambiente universitario.
Las aulas estaban llenas de estudiantes ansiosos por aprender, y Lucy se sumergió en las conversaciones y las presentaciones. A medida que avanzaba el día, su entusiasmo solo crecía, sintiendo que estaba a punto de embarcarse en una nueva etapa de su vida.
Sin embargo, pronto la rutina se rompió en un grito desgarrador que atravesó el aire. Lucy sintió un escalofrío recorriendo su columna vertebral mientras se levantaba de su asiento y se dirigía a la fuente del ruido. Siguió el sonido hasta llegar a la parte trasera de la universidad, donde encontró a un anciano de aspecto frágil y ojos luminosos.
El hombre yacía en el suelo, su piel casi translúcida en contraste con la oscuridad circundante. Lucy se arrodilló junto a él, sintiendo una oleada de empatía. Observó con asombro mientras el anciano le entregaba un amuleto peculiar: un moño plateado con un diseño intrincado. Su mirada se cruzó con la del anciano mientras él susurraba palabras apenas audibles: "Ángelus Metamorphosis".
Antes de que pudiera hacer más preguntas, el anciano cerró los ojos, su último suspiro escapando de sus labios. Lucy sostuvo el amuleto en sus manos, sintiendo su peso y su energía. No entendía completamente lo que había sucedido, pero algo en su interior le decía que este amuleto tenía un significado más profundo de lo que podía imaginar.
Días pasaron desde ese encuentro, y Lucy no pudo quitarse de la mente las palabras del anciano ni el misterioso amuleto. Sentía que estaba destinada a algo más grande, aunque no sabía qué. A medida que la inquietud crecía en su interior, también lo hacía una sensación de peligro latente.
Una tarde, mientras caminaba cerca de la entrada de la universidad, la sensación de peligro finalmente se materializó en forma de tres figuras oscuras y siniestras que se materializaron ante ella. Eran las brujas, cada una con una apariencia tan enigmática como tenebrosa.
Maya, la líder de las brujas, tenía cabello negro como la noche y ojos que brillaban con un fuego místico. Vestía una túnica oscura y conservadora que ocultaba su figura, dándole un aire de misterio. Zatarana, de aspecto más joven, tenía cabello rojo que parecía arder como llamas y un aura de malicia. Su vestimenta consistía en prendas ajustadas y un escote pronunciado, que contrastaban con su sonrisa burlona. Feyora, la tercera bruja, poseía un aire frío y distante, con cabello plateado que parecía estar hecho de hielo. Llevaba un vestido que equilibraba la sensualidad con una connotación infantil, creando una apariencia inquietante.
Las brujas se cubrían el rostro con máscaras blancas, cada una adornada con un único ojo dibujado en un estilo tribal. Estas máscaras ocultaban su identidad y añadían un toque aún más enigmático a su apariencia.
Lucy se enfrentó a las brujas con valentía, sintiendo su corazón latiendo con un miedo que se mezclaba con determinación. Las brujas la rodearon, sus miradas llenas de amenaza y poder oscuro. Lucy se aferró al amuleto en su bolsillo, como si pudiera encontrar fuerza en su misteriosa energía.
Maya se adelantó, su voz resonando con un tono gélido. "Miracle Girl, ¿crees que puedes detenernos?"
Lucy tragó saliva, sin estar segura de cómo enfrentar a estas brujas malignas. Pero antes de que pudieran avanzar, una barrera mágica la rodeó, protegiéndola de su alcance. Las brujas rugieron de frustración mientras la barrera relucía con una luz brillante.
Los días se convirtieron en semanas, y las brujas no se dieron por vencidas. Permanecieron fuera de la barrera, acechando a Lucy con miradas amenazadoras y palabras susurradas. Lucy sentía la tensión constante en el aire mientras lidiaba con la presión de su nuevo destino.
Finalmente, llegó el momento de partir. Lucy salió de la universidad, sintiendo la mirada de las brujas clavándose en su espalda. Pero antes de que pudieran atacarla, un brillo en el amuleto atrajo su atención. Las palabras resonaron en su mente, y sin pensarlo, las pronunció en voz alta: "Ángelus Metamorphosis".
En un destello de luz deslumbrante, su ropa cotidiana desapareció en la cálida luminiscencia. Un torrente de plumas blancas, como las de un ángel, la envolvió con gracia y dignidad, formando un traje resplandeciente con un vestido gris con bordado de alas fe angel en la espalda, el amuleto en el pecho de Lucy, con una falda dorada con un borde rojo, unas botas hasta las rodillas de color blanco con suela negra, unos guantes blancos con bordado de un circulo dorado en el empeine de la mano, ojos azules y un pelo rubio dorado en 2 coletas largas hasta los hombros.
Las brujas retrocedieron ante su transformación, sorprendidas por el poder que ahora emanaba de Lucy. Con el nombre de Miracle Girl, ella se movía con una elegancia suprema, sus movimientos fluidos y precisos. Las brujas atacaban con ferocidad, pero Lucy era ágil y esquiva, evitando sus golpes con una gracia sobrenatural. A medida que avanzaba la pelea, Lucy canalizaba su energía a través de patadas poderosas y rápidas, golpeando a las brujas con precisión milimétrica.
Las brujas contraatacaban con hechizos oscuros y habilidades sobrenaturales, pero Lucy se mantenía firme, su determinación inquebrantable. A pesar de los impactos, continuaba luchando, su fuerza y valor creciendo con cada momento. Los brazaletes plateados en sus muñecas brillaban con una luz tenue, amplificando sus poderes y protegiéndola de los ataques enemigos.
Pero antes de que la batalla pudiera llegar a su clímax, Maya intervino, deteniendo a las brujas. Ofreció una advertencia amenazadora antes de que las brujas se retiraran, desapareciendo en la oscuridad. La noche cayó, y Lucy se encontró con el peso de lo sucedido. La pérdida del anciano y la lucha contra las brujas la dejaron emocionalmente exhausta. Mientras las lágrimas caían por sus mejillas, el moño del guardián brilló suavemente, recordándole su propósito. Aquella noche, mientras se acostaba en su cama, dejó el moño sobre una mesita de luz, preguntándose qué le depararía el futuro y en qué se había metido. Mientras tanto, en la oscuridad, las brujas se reunieron en su escondite. Sus poderes se desvanecían y su furia crecía. Feyora sostuvo un libro en sus manos, y una sonrisa maliciosa se curvó en sus labios. "El sol quema, pero en la luz siempre hay sombras. Y las consecuencias de la luz serán nuestra llave hacia nuestro hogar y el papel que nos pertenece".
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Miracle and demon Shadow of witches
FantasyMiracle Girl sigue la historia de Lucy, una joven ordinaria que se transforma en una heroína poderosa después de recibir el amuleto del guardián de un ángel moribundo. Armada con habilidades sobrenaturales, Lucy se convierte en Miracle Girl y se enf...