Capítulo 2

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- ¿Cómo te fue hija? - los ojos esperanzados de mi papá me martillaban el corazon.

- Bien - me limité a decir - el taxi estará listo mañana, se atrasaron un poco los técnicos.

Mi papá asintió con una sonrisa que no podia ocultar el agobio que le causaba estar otro día sin trabajar.

- Voy a estudiar - le dije.

Él asintió desganado.

- Perdón hija por las molestias que te causo.

Lo abracé.

- Papá no vuelvas a decir eso. - fue lo único que dije.

Entré en mi habitación y en vez de estudiar vacié la caja con todos los ahorros para la universidad, con los ojos cristalinos los eché en mi mochila.
Me dolía invertir el dinero de esta forma, pero debía atenerme a las consecuencias de haber sido tan irresponsanle y además, nada valía más que la felicidad de mi papá.

***

- ¿¡Qué!? - gritó Zara.

- Cállate - dije riendo. - nos van a escuchar todo.

- Perdón pero cuéntame mejor como fue que te insulto ese imbécil.

Le relaté toda la historia.

- ¿Sabes que hubiera hecho yo?- enarqué una ceja - le hubiera dado una patada en la entrepierna.

Solté una carcajada.

- Si claro Zara, con tan solo verlo se te pone la piel de gallina - dije - ahora vamos a almorzar que muero de hambre.

Nos dirijimos al comedor.

Zara y yo nos sentamos en una mesa junto con Liz, todo iba normal hasta que unos gritos llamaron la atención de todo el comedor.

- ¡Por favor no me echen! ¡He tenido muchos problemas familiares le juro que subiré mis notas! - gritaba un alumno.

- Lárguese de aquí

Escuché como se cerraban las puertas de esta institución y lamenté que el chico que acabaron de echar fuera Mark.
Mark vivía en la misma zona que yo, tenía pelo castaño claro, ojos azules, pero era bastante tímido en todas sus facetas, desaprovechando muchas ventajas. A todo esto se le añadía que tenía muchos problemas familiares, y se ha llegado a decir que hasta era tratado a golpes, eso, claramente lo perjudicó inmensamente ya que era becado al igual que yo, ya que no poseía los recursos para pagar un colegio de calidad, lamenté profundamente que alguien como él, tan esforzado y bueno, fuera expulsado de esta forma tan denigrante por la rectora.

- Buenos días alumnos - dijo la persona mencionada anteriormente.

Todos contestaron buenos días excepto Zara.

- Vieja de mierda sin corazón - me susurró en el oído.

Por un minuto lo único que había en el salón era un apacible silencio, sin que la grave voz de la directora nos acompañara.

- Usted señorita Dawson ¿No sabe saludar? O no tiene modales.

El temblor de Zara no pasaba desapercibido y el mío tampoco.

- Buenos días - dijo Zara.

- Veamos si aprende mas modales en mi oficina.

Zara se levantó de su asiento mientras miles de miradas se posaban en ella.

- Maldición Zara ¿Por qué siempre se mete en problemas? - le susurré a Liz.

- Y usted señorita Smith, ¿Se le contagió la insolencia?

Negué con la cabeza, no me atrevía a decir algo más.

- ¿¡Cuantas veces les he dicho que nadie habla mientras yo les este dirigiendo la palabra?! - vociferó - Ahora usted señorita Smith, venga a conocer mi oficina.

Mirando hacia el piso seguí a Zara y a la directora, que como había anunciado se dirigía a su oficina.

Zara y yo nos dirigíamos miradas de ayuda mutua, mientras que ella no paraba de buscar cosas en el computador.

- Si no fuera porque tienen buenas notas ya estarían suspendidas, y a algún próximo signo de osadía, expulsadas.

Fue lo único que dijo.

- Ahora, váyanse. - ordenó.

Estabamos pasando por el umbral de la puerta hasta que su voz nos interrumpió.

- Ah, y no me gustan las risas fuertes en los pasillos, no estamos en un parque de diversiones.

Las dos asentimos y huimos de ella y su oficina.

***

Estabamos ya marchando mientras Zara y yo escuchabamos como Liz nos regañaba.

- ¡No sé si estan mal de la cabeza, pero no saben el susto que me dieron!

- Liz - dije riendo - deja de retarnos, ya entendimos - Liz me reprendió con la mirada. - Chicas me tengo que ir.

- ¿Tan pronto? - preguntó Zara.

- Si - dije asintiendo. - No olviden que mañana es sábado y tenemos que salir.

Nos despedimos las tres mientras marchaba donde el técnico.

Con el alboroto de la directora lo había olvidado.

Entré otra vez a este lugar mientras veía el taxi de mi papá en perfectas condiciones.

Sentía un dolor en el estómago, y mi corazon latir fuertemente, todo esto provocado por la obligación de usar mis ahorros.

- ¿Está listo el taxi? - pregunté.

- En perfectas condiciones. - dijo orgulloso - se lo puede llevar.

- Señor todavía no le he pagado

El técnico revisó el computador.

- Aquí dice que ya esta cancelado, por un tal Alex Mallins.

¿Qué? Yo no conocía a ningún Alex.

Cómo si alguien me hubiera leído la mente escuché cómo alguien decía.

- Ese soy yo

Esa voz, esa ronca y masculina provenía de la boca del idiota que me insultó ayer, y que ahora extrañamente me pagaba el auto.

El técnico asintió y volvió a sus asuntos mientras yo me acercaba a él.

- Mmm gracias por pagarme, de verdad - digo con una sonrisa.

- No me lo agradezcas, me gusta hacer ayuda a la caridad, a los mas pobres, ya sabes.

Mi sonrisa se esfumó en un segundo.

¿Cual era el afán de humillarme?

Me dieron ganas de golpearlo y decirle que si podia pagarlo, que no necesitaba la ayuda de nadie y que podía yo sola conseguir las cosas.

Pero no lo hice, porque todo eso era mentira, no podía pagarlo.

- Te juro que te lo voy a devolver, te devolveré todo el dinero- dije.

- No es necesario, a mi no me hace falta.

Me limité a asentir. Me dirigía al taxi hasta que su voz me interrumpió otra vez.

- Ah - dijo - No le digas a nadie que ayudé a alguien. - dijo amenazante.

-Tranquilo, no pensaba hacerlo - dije de mala gana - Ah, a propósito, me importa una mierda si no te hace falta dinero, te devolveré todo igual, porque por pobre que sea yo puedo valerme por mi misma y conseguir lo que quiero con mi esfuerzo - ataqué atropelladamente, esas palabras salieron por impulso propio, la timidez me acometió y sin importar si me entendió lo que acababa de enunciar subí al taxi antes de que pudiera contestar, dejandólo con la palabra en la boca.

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¡Hola! Les agradezco a todas que se dan el tiempo de leer esta novela, la verdad me dan ganas de subir capítulos todos los días porque estoy emocionada la verdad.
En fin, voten y comenten que les parece mi novela. ¡Saludos

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