Bosque Con Olor
A Muerte
Sábado 23 de agosto del 2025.
¿Ya mencioné que odio el bosque?
No, odiar no es la palabra correcta. En realidad amo todo lo que tenga que ver con la naturaleza, amo el olor que emana y ese oxígeno limpio y puro que desprende. En realidad no lo odio, más bien me da miedo.
Estar preparándome para adentrarme a uno de mis mayores traumas me provocaban unas náuseas terribles. Sin dejar de abrochar mis agujetas de mis botas para senderismo me di cuenta que estaba haciendo una estupidez. No es como si fuera demasiado indispensable en esta búsqueda, más bien no me necesitaban, yo no era importante.
Miraba a mis alrededores y descubría a quienes de verdad lo eran. Cómo por ejemplo, las familias y amigos de las desaparecidas, los de seguridad expertos en búsqueda y los caninos listos para hacer su honorable trabajo. Yo no, es más, si me iba lentamente del lugar nadie lo notaría.
—¡Viniste! ¡Me alegra verte aquí! —levanté la mirada y descubrí a Megan frente a mí lista de igual manera.
—Ah, sí, aquí me tienen.
—¡Gracias por unirte a esta causa! ¿Lista?
—Creo que sí.
—¿Por qué no te escucho tan convencida? —frunció el ceño y se sentó a mi lado, en el mismo tronco de árbol cortado a la mitad y que servía ahora como banca.
—No, no es por nada —saqué una pequeña risa—. Es solo que recordé que cuando tenía seis años fui a una excursión escolar al bosque. Yo no quería ir, pero mi madre insistió en que me haría bien y no sé en que momento pasó, me alejé del grupo y me perdí por un día completo. Me fueron encontrando esa misma noche, pero estaba en un terrible estado de shock que ni siquiera me percaté que me había quedado llorando debajo de un enorme árbol.
Volví a reír al recordar eso. Esa era mi razón de mi miedo al bosque. Tan grande, solo, oscuro, con demasiados misterios sin resolver y que probablemente nunca lo hará.
—Gina, lo lamento mucho. Si quieres puedes quedarte y...
—No, no —le interrumpí—. Estoy bien, solo está vez no me alejaré del grupo. Lo prometo.
—En ese caso, yo no me alejaré de ti. Lo prometo.
Mi atención llegó a un chico. Y no fue porque era atractivo, más bien porque pude relacionarlo a simple vista con algo similar a Fred. Tenían el mismo aspecto, serio y sombrío, cansado y angustiado.
No soy experta en temas relacionados a la higiene de hombres, pero gracias a papá puedo saber cuándo un barba está descuidada y la suya era una de ellas.
—¿Quién es él? —le pregunté a Megan señalando al chico con mi mentón. Ella lo miró y siguió echándose un repelente contra mosquitos.
—Él es el novio de la primer chica desaparecida, de Alicia Parra. No, novio no, más bien prometido de Alicia.
—¿Su prometido? ¿Se iban a casar?
—Sí, se iban a casar un sábado. De hecho era una de las bodas más sonadas ya que sus padres de Alicia y de su prometido tienen un puesto muy reconocido aquí en Woodburg. Casi todo el pueblo fue invitado, pero una semana antes de la boda Alicia desapareció. Al principio se creyó que fue un tipo de venganza hacía la familia, pero cuando ya empezaron a desaparecer más chicas de un estatus común fue cuando comenzó a preocupar.
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EFÍMERO - El cuento de hadas que nadie quiere
Romance«Efímero: Algo que es pasajero o que dura poco tiempo.» Ella era una chica amable y buena... Pero cometió un grave error. Ay, Georgina, Georgina, Georgina Brook. No debiste meterte, no debiste involucrarte, no debiste enamorarte... No debiste ayud...