Ternos y secretos (arrepentimientos)

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Solo necesita un día para terminar de pintar el paisaje con el que había soñado la noche anterior. Ese lugar está tatuado en su mente con la tinta más duradera, pero con la aguja más dolorosa. Por primera vez luego de mucho tiempo Ricky no llega al estudio si no hasta que Matthew ya está guardando sus cosas para irse a la cafetería, a pesar de eso el joven rubio no olvida pararse frente al cuadro de Matthew como lo hace cada día. Simplemente que esta vez en vez de tener un café en la mano ahora tiene una bolsa de gomitas que debe haberse comprado en el camino.

—Matthew — dice Ricky en un tono suave, en ese tono que siempre pone cuando algo le ha sorprendido tanto que se olvida de hablar coreano.

—¿Pasó algo?— al estar tan concentrado en guardar sus cosas Matthew no se percata de la presencia de Ricky hasta que el chico yace frente a su cuadro con un gesto de asombro.

—Esto es... hermoso. Se siente tan melancólico y romántico. Si esto es lo que vas a presentar, créeme que ya te ganaste una buena nota— susurra, demasiado sorprendido como para hablar correctamente.

—¿Qué dices? Es solo una paisaje— dice Matthew mientras termina de guardar sus cosas, ocultando lo triste que le hace sentir el comentario de Ricky

Porque sabe que el joven artista tiene razón, que más que un "Felicidades por tu boda" su cuadro es algo más parecido a un ruego que implora "Te pido que jamás me olvides, que cuelgues este arte en la sala de tu casa y que siempre que quieras pasar el rato pienses en mí" Y le duele porque no quiere pensar tanto en ello, porque se supone que no le duele y que ha pasado suficiente tiempo como para simplemente aparecer en el salón de eventos con una sonrisa de anuncio de pasta dental a pesar de que se esté destruyendo por dentro y de que miles de agujas le estén pinchando el corazón cada segundo que se mantiene sentado viendo en vivo como su primer y único amor le entrega su vida a otra persona.

—Ya me tengo que ir— dice mientras escapa del lugar. Escondiendo su obra de arte ya terminada debajo de una sábana, no le importa si la pintura se corre un poco, piensa que representa sus lágrimas.





(...)





Es el sábado dos días antes de la boda que Matthew recuerda que necesita un terno para ir a esa maldita boda, le encantaría aparecer en jeans pero sabe que si hace eso no va a llegar ni siquiera a la recepción. Sentado en la barra de la cocina, vestido con una polera que no es suya observa como Kim Jiwoong se pasea por toda la casa con un simple pantalón de pijama y una camiseta sin mangas que siempre usa como pijama, esta vez pueden desayunar juntos y de paso conversar un rato. No entiende cómo puede ser descubierto en una ciudad en la que hace tanto frío, en la que la frialdad del ambiente se cuela poco a poco en su corazón.

Matthew levanta la mirada de su taza y se fija en como Jiwoong parece estar muy concentrado en tomar la cantidad correcta de cereal. Se ríe un poco de la ternura de su hyung y la buena vibra del ambiente lo ayuda a poder elaborar la pregunta que ha estado queriendo hacer desde que los dos se habían levantado.

—Jiwoon hyung— se atreve a pronunciar luego de meditarlo unos segundos.

—¿Si? — responde el mayor al instante, soltando la cuchara.

—¿Me acompañas a comprarme un terno?

—¿Si?—respondió Jiwoong un poco confundido por la extraña petición. Muy dentro suyo ya sabía para qué, solo que quería escucharlo directamente del menor.

Cool ; mattwoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora