No queda mucho tiempo, este fue mi último intento

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Un día antes de viajar Matthew se da cuenta de que el cuadro que se supone que es su regalo sigue empolvándose en el estudio de la universidad así que con ayuda de Jiwoong y su auto es capaz de entrar al estudio antes de que la universidad cierre.

Acompañado por Jiwoong, Matthew entra al oscuro estudio en donde solo un caballete se mantiene en pie. Su obra de arte se ve tan solitaria como él se vio en algún momento, cubierta por un pedazo de tela que alguna vez Ricky le había dado. Jiwoong enciende la luces y Matthew camina hasta el cuadro para poder recogerlo. La tela que lo cubre es dejada en un silla y Jiwoong puede observar la pintura de una pequeña ciudad rodeada de árboles y bosques.

—¿De donde te inspiraste?— pregunta Jiwoong, poniéndose a la altura de Matthew.

—Yo... ya sabes... es parte de- — dice mientras siente cómo el nudo en su garganta se va haciendo más y más difícil de contener.

Contar todo en voz alta es más difícil de lo que piensa así que deja de intentarlo y baja la cabeza. Jiwoong entiende la señal y lo abraza como lo había hecho días antes cuando compraron el traje. Esta vez el menor es capaz de corresponderle al instante, esta vez no llora.

No quiere llorar más por algo inevitable, seguir sufriendo por una historia que hace tanto terminó, por un libro que aunque no se haya terminado de escribir ya tiene un final. Es ahí, en medio del estudio en el que tantas veces había extrañado (y tal vez pintado) a Sung Hanbin, que decide que esta vez va a ser más fuerte que cualquier otro y que va a enfrentar  su verdad ya sea con o sin Jiwoong a su lado.

—¡Vamos hyung! Tenemos que alistar las maletas para poder irnos mañana temprano y usar todo ese día para pasear ¡Tienes que conocer a mi hermana! ¡A Hao y a Gun Wook también!— le dice Matthew. Con una mano entrelazada a la de Jiwoong y con la otra sosteniendo su regalo.

El regalo para Sung Hanbin y su novia.





(...)





La ciudad sigue como la última noche en la que Matthew vivió en ella. No hace tanto frío pero tampoco tanto calor y el sol te engaña con su brillo hasta que sin darte cuenta estás en la sombra y sientes las fuertes corrientes de aire que terminan causando frío. Cuando bajan del auto de Jiwoong son pasadas las once de la mañana, las cinco horas de viaje habían parecido muchas menos ya que entre Jiwoong y Matthew habían tenido unas buenas horas de karaoke y trivias tontas.

Su hermana los espera en la puerta con una gran sonrisa y con los brazos abiertos, brazos a los que Matthew corre. Su hermana, a pesar de ser más pequeña que él, lo carga y lo mece en el aire mientras ríe.

—¡Matty!— dice cuando lo deja de nuevo en el suelo.

—¡Yaebin! Te extrañé mucho— expresa Matthew cuando vuelve a abrazar a su hermana— tal vez no he venido por la mejor razón del mundo ¡Pero vine!

—Eres un niño ingrato, seguro que si yo me caso no vienes a verme. También eres un maleducado ¿Como vas a dejar a un chico tan lindo ahí parado? ¡Preséntame!

Jiwoong escucha eso y se ríe, sigue apoyado en el auto. Matthew lo mira con una sonrisa avergonzada y se acerca a él para tomarlo del brazo y llevarlo hasta donde está su hermana. Yaebin le sonríe y le estrecha la mano, A Jiwoong le causa un poco de gracia como la sonrisa de los dos hermanos es tan similar y a la vez tan diferente.

—Kim Jiwoong— se presenta mientras estrecha la mano de Yaebin.

—Te me haces conocido... ¿Eres influencer?— le dice Yaebin cuando suelta su mano.

—Soy modelo, de hecho.

—¡Matthew, has hecho un buen partido! Cuídalo mucho, Matthew no come queso y le gustan las mandarinas... Además el de pequeño se caía mucho así que-— Matthew interrumpe a su hermana, empujándola dentro de la casa.

Cool ; mattwoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora