Capítulo 3.

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¡¿Tiempo de qué!? ¡Carajo! ¡Ya no debes estar ahí! ¿¡Por qué no lo entiendes!? Los ojos de Cha empezaban a ponerse acuosos y Moon se sintió culpable.


—Solo necesito cumplir esta parte de mi sueño ¿entiendes? —Le tomó la mano suplicante—. Sé que después no podré seguirlo y... debo cumplirlo ahora, la gira está en puerta y no puedo dejarlo así nada más.


—Bin... por favor, por lo que más amas, prométeme que será lo último y júrame que vas a cuidarte y no vas a sobre esforzarte. —Las lágrimas de Cha ya habían rodado—. ¡Promételo Bin!


—Lo prometo, Nunu, de verdad, te lo prometo.


—¿Ya lo hablaste con el médico? —Cha limpió sus lágrimas y colocó su cabeza en el hombro de su menor.


—Aún no, mañana iré. No te preocupes ¿de acuerdo? Voy a estar bien.




Eunwoo no dijo nada más, no quería sonar pesimista, pero ya les habían advertido de la condición de Moonbin cuando colapsó meses atrás y estaba más que claro que él no quería verlo nuevamente en una situación tan crítica.

Moonbin tenía problemas con su corazón y por lo mismo se le recomendó que dejara actividades que requirieran demasiado esfuerzo físico, de igual forma, no debía subir a aviones porque todo podría complicarse con su corazón, necesitaba mantenerse bien alimentado, dejando de lado grasas saturadas y muchas cosas más...

Él había estado cuidándose más que a nada, incluso en sus ensayos lo hizo lentamente, lo único que no dejó por nada fue su amada bebida de chocolate, ahí sí podían irse al carajo las indicaciones del médico.

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Después del momento con Eunwoo, Moonbin regresó al departamento de Sanha, quien por la hora ya se encontraba profundamente dormido.

Moon miró a su lindo novio, caminó hasta él y sonrió enamoradamente, sus ojos se hicieron tan pequeños de la alegría que le representaba ese joven castaño. Llevó su mano hasta la mejilla del menor y acarició lenta y suavemente porque no quería despertarlo, luego caminó al escritorio.

Tomó un par de hojas de máquina y sacó una pluma clásica que Rocky le regaló por su cumpleaños reciente, meditó un momento lo que escribiría en ambas cartas y finalmente se dispuso a escribirlas...

Había lágrimas bajando por sus mejillas, le dolía escribir cosas así, pero debía ser realista ante las posibilidades sobre su salud, necesitaba que las personas a las que más amaba estuvieran tranquilas y felices por él, no quería ser causante de preocupaciones para ellos.

Al terminar de redactar, miró por todo el lugar ¿en dónde debía dejarle la carta a Sanha? Quizá no haría falta que la encontrara, pero era un por si acaso...

Finalmente, fijó su rostro en un libro, uno que Cha le había regalado a su novio en su cumpleaños del año anterior. Moon rio al recordar que Sanha odiaba leer y más que nada la expresión que puso cuando abrió el regalo, había sido tan gracioso verlo forzar una sonrisa y fingir una tremenda emoción delante de Eunwoo para no decepcionarlo con la selección del regalo.

𝘗𝘳𝘰𝘮𝘦𝘴𝘢 《𝘌𝘶𝘯𝘚𝘢𝘯》《𝘉𝘪𝘯𝘚𝘢𝘯》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora