✧ I: ❝¿Me odias?❞ ✧

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Narrador omnisciente.

Había una vez, un pequeño reino llamado "Adarland" donde habitan Alfas, Omegas y Betas. El reino, era dirigido por su Rey: el rey Christopher Bang, un atractivo Alfa digno de aquel puesto en la realeza, el mismo, tenía dos bellos hijos. El mayor, Minho, tenía un parecido a su padre y era el próximo heredero al trono, a pesar de que pronto se casaría con una bella Omega, digna de él. Mientras que Felix, él era un simple niño, tenía diecisiete años recién cumplidos y era un Omega, cosa que a su padre no le agradó para nada, ¿para que le servía un Omega en su familia?. La Reyna SonHee, había muerto minutos después de que nació el pequeño Felix, otra cosa que no le gusto a su progenitor y le tenia un rencor guardado a su hijo menor.

Las cosas en el reino de Adarland, eran simples; todos eran libres de hacer con su vida lo quisiesen, pero había una cosa NO permitida ni aceptada; La Homosexualidad. Era algo que el Rey tenía prohibido y aquel que se enamorara de alguien de su mismo género, ambos serían inmediatamente expulsados de Adarland.

( ... )

La vida de Hyunjin era triste y aburrida, vivía con su madre y su hermano en su pequeña casa, a él no le molestaba para nada, ser de una clase baja o ser pobre como lo llamarían. El simplemente vivía su vida, iba a la escuela y luego pasaba la mayor parte del tiempo en un lago cerca del castillo donde trabajaba su madre. Odiaba tanto a aquel Omega, hijo del Rey, era un niñato mimado que asistía a un colegio privado y religioso, todos sus caprichos de niño rico, se los cumplían. Era insoportable, su voz y su risa lo cansaban, aveces era tan dulce como su olor a pastel de chocolate. LO ODIABA.

Le gustaba bastante aquel lindo lago cerca de su casa y del castillo, parecía mágico, tenía agua cristalinas y una bella cascada, aparte de que estaba rodeado de lindas flores y los rayos de sol, lo hacía ver precioso ante los ojos de Hyunjin.

Le gustaba bastante aquel lindo lago cerca de su casa y del castillo, parecía mágico, tenía agua cristalinas y una bella cascada, aparte de que estaba rodeado de lindas flores y los rayos de sol, lo hacía ver precioso ante los ojos de Hyunjin

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Lee Felix.

Holaa, me llamo Felix, soy hijo del rey de Adarland y soy un Omega. Digamos que no estoy muy feliz con mi jerarquía, ya que mi padre y mi hermano hubieran querido que yo fuera un Alfa como ellos, para luego casarme con una linda Omega. Pero las chicas no eran lo mío, a pesar de que nunca hubiera sido pareja de una, a simple vista no llaman mi atención. Así que mi padre decidió hacerme pasar por una chica desde que era un bebé, usaba lindos vestidos, portaba tacones, me pintaba las uñas y a pesar de tener el cabello corto y rubio como el de un chico, pero nadie sospechaba nada. Cosas de chicas y a mi me gustaba. Los únicos que sabían de esto era; los empleados del castillo, mi Nana, mi padre y mi hermano.

El frío de la noche se coloca por la puerta que daba hacia la alcoba de mi habitación. Ignorando los fuertes dolores en mi abdomen bajo, me levante de la cama y fui a cerrar la ventana.

—Ya no puedo con esto... —murmuré para mi mismo. Salgo de más habitación y bajo las escaleras para ir camino a la cocina—. ¿Jihyun? —pregunté adentrándome en el espacio.

Me sorprendí cuando me di cuenta de quien estaba allí y su mirada estaba puesta en mi. Me intimidé bastante cuando me barrió con una mirada penetrante. Hyunjin, el hijo de Jihyun, la cocinera del palacio. Parecía tener un odio hacia mi.

—¿Qué quieres?—su tono de voz era serio.

Me avergoncé. ¿De verdad tenía que decirle lo que me sucedía?

—¿D-Donde esta tú madre?—pregunte.

—¿Qué te impor-—fue interrumpido por su madre que inmediatamente le puso un alto.

—Felix, ¿qué haces despierto? Es muy tarde—pellizco el brazo de Hyunjin y trato disimularlo, pero logre darme cuenta.

—Es que... ummm... t-tengo c-cólicos—murmure bajito, pero gracias al cielo logro escucharme.

—Oh tranquilo, te llevaré unas pastillas y un té, cuando esté lo subiré a tu habitación, ¿bien?, acuéstate y relájate—salí de la cocina no sin antes agradecer y corrí a mi cuarto.

Narrador omnisciente.

—¡Hyunjin! ¿Cuantas veces te he dicho que no debes hablarle mal a nadie?—lo regaña su madre.

—Muchas. Perdón, ese niño es insoportable—rueda los ojos.

—Le irás a pedir una disculpa.

—Ni loco.

—Claro que lo harás, jovencito. Te recuerdo que me pueden despedir si él le cuenta a su padre lo que le dijiste.

—Esta bien lo haré—gruñe.

—Llévale esto y ve a disculparte—ordena.

Hyunjin toma la bandeja que su progenitora le da y va directo al dormitorio del Omega. Toca la puerta y escucha un leve "adelante".

—M-Mi madre me pidió que te trajera esto—deja con sumo cuidado aquella bandeja que antes llevaba en sus manos, sabe que estás cosas cuestan más que su casa e incluso más que su vida.

—Gracias... ¿Puedo hacerte una pregunta?—dice tomando la pequeña taza y llevándola hacia sus labios.

Lindos labios. Piensa el Alfa.

—Si, dime.

—¿Por qué me odias tanto? Siempre noto como me miras con desprecio. Discúlpame si en algún momento hice algo que te ofendió o te lastimó, no fue mi intención—hace una corta reverencia.

—No te odio—contesta—. No es por ti—miente.

—Entonces espero que nos podamos llevar mejor—sonríe y Hyunjin puede sentir el dulce olor a vainilla, proveniente de aquel lindo Omega.

—Buenas noches—hace una corta reverencia antes de salir sin contestarle.

 ADARLAND | Hyunlix  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora