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cómo tener confianza: lección 2

Cole gimió cuando abrió los ojos. Ha estado durmiendo durante más de once horas, pero en realidad no le importaba. Su padre todavía estaba de viaje de negocios, por lo que Cole podía hacer lo que quisiera. Y faltar a clases era definitivamente una de las cosas.

No es que Cole odiara su nueva escuela o sus maestros aquí, no. Estaba bien con todo. De hecho, esta debe haber sido mucho mejor que su escuela anterior. Especialmente, la gente. Cole tuvo que pasar por un momento muy difícil aquí, y otra vez, gracias a esas personas. Sin embargo, pudo sobrevivir con el apoyo que recibió de sus padres, quienes no permitieron que se rindiera tan fácilmente. Cuál fue la decisión correcta.

Entonces, ¿por qué había estado faltando a clases durante una semana? Le dijo a su padre en la llamada que estaba resfriado, por lo que Lou inmediatamente le dijo que dejara de hablar y que consiguiera todo lo que necesitaba para sentirse mejor, como medicamentos o una taza de té caliente. También, por supuesto, dejó que su hijo se quedara en casa todo el tiempo que lo necesitara. Lou confiaba en Cole y sabía que el chico tenía notas increíbles, por lo que faltar unos días a la escuela no sería un delito. Cole siempre le estará agradecido por eso.

Aunque, no era una mentira tranquila. Aunque Cole se sintió un poco enfermo, no todo fue tan malo como le describió a su padre. Solo hacía un poco de frío y un día sin clases sería más que suficiente para volver a estar completamente saludable. Sin embargo, no pudo obligarse a levantarse de la cama y visitar la escuela y volver a ver esos ojos ámbar. Todas las mañanas se decía a sí mismo que mañana se recompondría y finalmente dejaría de actuar como un niño asustado de cinco años. Pero cada vez que algo lo detuvo, el niño siguió huyendo de la responsabilidad. Tal vez otro día.

Cole finalmente se levantó de su cama y fue a abrir la puerta principal. La razón por la que se despertó fue porque alguien empezó a tocar el timbre, obligándolo a abrir los ojos. No estaba durmiendo en su habitación hoy, por lo que el camino a la puerta principal tomó solo unos segundos. Pero no estaba listo para enfrentarse a quien vio detrás. Al principio, Cole pensó que todavía estaba durmiendo, pero después de parpadear varias veces, el reflejo de la persona no se fue a ninguna parte. Frente a él estaba Kai con una sonrisa incómoda en su rostro.

"¿Kai?"

"Oye", respondió. "¿Puedo entrar?"

"Uh, sí, claro", Cole se hizo a un lado, dejando entrar a su invitado. Kai comenzó a mirar a su alrededor, y Cole solo ahora se dio cuenta de que el moreno nunca había estado en su casa, por eso estaba tan sorprendido. "No es que esté triste de verte, pero ¿qué haces aquí? ¿No se supone que deberías estar en la escuela?"

"Bueno, es una historia divertida", se rió Kai y se sentó en el sofá en el que Cole estaba durmiendo hace unos minutos. "Me preocupaba que no aparecieras en la escuela durante tanto tiempo, además de que no respondiste mis llamadas y mensajes. Así que decidí verificar qué te estaba pasando. Y parece que llegué en el momento adecuado".

Cole no pudo evitar sentir una sensación cálida dentro de él. Kai estaba preocupado, por eso estaba aquí, sentado frente a él. Estaba preocupado por él, Cole. Una pequeña sonrisa apareció en sus labios cuando se unió a Kai en el sofá. Comparado con su amigo, Cole parecía un desastre total. Realmente no podía decirle a Kai la verdad por qué no se presentó en la escuela durante una semana porque arruinaría toda su amistad, por lo que la noriette decidió decirle lo que les dijo a todos los demás: mentiras.

"Me resfrié tan repentinamente, por eso estuve en casa todo el tiempo. Y lamento no haber respondido a tus llamadas. Supongo que necesitaba algo de espacio o algo así".

De repente, sintió algo cálido en su mano. Miró hacia abajo, viendo que Kai puso su propia mano sobre la suya. "Está bien", dijo con una sonrisa. "Estoy tan contenta de ver que estás bien".