XII

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ADVERTENCIA DE CONTENIDO 🔞 Y GORE⚠️

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No era de esperar, ayer los dos asesinos tuvieron un gran encuentro boca a boca, y realmente ambos lo disfrutaron como nunca.

Un par de besos en el cuello del pelinegro eran otorgados por la boca de Myers, la cual morados dejaba a su paso.

Y unos cuantos deseos carnales pasaban por sus mentes, aunque, quizás no sería para esa misma tarde, si no que, esa misma noche lo querían. Myers se había encantado tanto de esos labios rotos y ensangrentados de Danny, que mordía estos mismos para probar su metálica sangre.

Y el asesino menor, estaba dejando el control de si mismo, para que Myers pudiera hacer cualquier cosa. El mismo se sentía como "Una muñeca inflable", pero eso no le afectaba, ya que se iba a acostar con quien quería, así que dejaba el control de si mismo para ser manipulado por el mayor.

Ambos lo disfrutaban, mutuamente lo hacían pero no lo admitían ni lo decían. Desde que el joven pelinegro llegó a la casa, Myers sintió una extraña sensación de querer protegerlo, pero sus voces... bueno, ellas le obligaban a darle abuso físico, en pocas palabras; golpes.

Cambiando el tema y alejándonos de los spoilers. Danny estaba en la cocina, junto a aquel enmascarado silencioso, ambos estaban terminando su besó, el cual un par de minutos duró. Además de que ahora Danny tenía marcas en su cuello y su clavícula, bueno, Myers pensaba que todo lo que es de su propiedad debía ser marcado de algún modo, y el marcar a Danny por medio de sus chupetones no solo sería una forma de marcar lo que le pertenecía.

Las miradas mutuas entre ellos, aquellas miradas del deseo que pedían una buena sacudida carnaria, como si se tratase de carne siendo procesada en la carnicería... pero no hablamos en términos de carne literal, hablamos en los términos de la carne y piel de Danny, la cual será procesada por el asesino mayor.

Sus imaginaciones estaban volando por el deseo, eran como droga que se activaba con unos cuantos besos y hacia crear los escenarios más deseados y carnales que ningún ser humano común podría pensar.

Sus cuerpos chocando entre , sus erecciones palpitantes, la fina capa de sudor de su piel... las mordidas no faltaban, pues a nuestro asesino mayor le gustaba marcar territorio en cualquier parte.

No importa, gime mi nombre, déjame oírte rogar por más hasta que llegues a lo que más te gusta sentir.

Arrodíllate ante , y atragantate con mi ser. Bébelo, como si fuera tu bebida favorita.

Hazme tocar tu interior, todo el, déjame investigar y sentir donde es que más te guste que yo te toque, así podía oírte gemir como aquellos jóvenes que se aman.

Pero yo, yo no siento nada por ti, yo tengo un deseo de ti... quizás por ahora no uno amoroso, uno carnal... déjame ver tu interior, tus tripas salir de tu estómago, y meter mi miembro en ellas, para frotarme con tu alma. Eso me enamoraría.

Tu sangre, mi lubricante. Tu alma, mi alimento. Tus gemidos, mi placer.

Toda la tarde la pasaron juntos, viéndose mutuamente, con miradas amorosas y tan coquetas.

Night Lovers (GhostMyers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora