Dicen que cuando uno es chico, posiblemente no recuerde ni la mitad de las cosas que vivió en su niñez, lamentablemente ese no era mi caso.
Recuerdo con exactitud llegar y lo primero que veía y escuchaba eran el sonido de los platos rotos y estos mismos partidos en el piso de la sala. Recuerdo escuchar los gritos de angustia y desesperación de mi madre pidiéndome desde la cocina que me esconda y proteja la puerta con llave. Recuerdo esconderme en el placard abrazada a Bonnie, mi conejo de peluche.
También recuerdo que solíamos ser la típica familia feliz, o al menos eso aparentabamos ser.
Recuerdo salir corriendo a la casa de mis abuelos llorando porque "papá" había lastimado a mamá.
Recuerdo las mil denuncias que pusimos contra ese miserable que nos cagó la vida y nos dejó en terapia a mi madre y a mí.
Y recuerdo que la justicia no hizo nada más que darle 2 años de prisión por "falta de pruebas".
Lamentablemente, vivir esto a la edad de 6 años me traumatizó mucho y tuve que empezar terapia; me gustaría decir que pude sacar algo bueno de todo el infierno que viví, pero lamentablemente lo único que aprendí fue a no confiar en nadie, excepto en mis amigas.
—Isa, ¿estás bien? —preguntó mi psicóloga.
—Solamente estaba disociando.
—No respondiste mi pregunta.
—Ya sabes la respuesta, Moni.
—Isa, yo se que lo que te pasó fue muy feo y muy traumatizante para la corta edad que tenías, pero no podes dejar que los recuerdos te atormenten.
—Es que, simplemente no puedo.
—¿No podes o no queres?
—Es obvio que quiero, pero es difícil. Por su culpa no puedo confiar en ningún hombre.
—Tenés a tus amigos.
—Ellos no son el monstruo que mi supuesto papá era y sigue siendo.
—Y hay mucha más gente que no es como él lo era —suspiré cansada —Date el tiempo de conocer gente nueva, Isi. Aprovecha y avanza, no te quedes estancada porque asi no vas a poder progresar.
Desvié mi mirada hacia el piso, sus palabras me habían hecho replantearme muchas cosas, aunque no sé si estoy preparada para eso.
—¿Me prometes que vas a intentarlo?
-Está bien, Moni, voy a intentarlo, pero no prometo nada —elevé levemente mis hombros y mi psicóloga me regaló una sonrisa de satisfacción.
—Nos vemos el jueves, quiero novedades de tu intento de avanzar, eh —me acompañó hasta la salida.
—Nos vemos, Moni.
Sonreí y me dirigí hacía mi casa. No lograba entender por qué me costaba tanto avanzar, si era yo dramatizando todo o verdaderamente me costaba avanzar de casillero.
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holis, empezamos medio fuerte akdkaj pero es para q vayan conociendo el porqué Isa va a tener ciertas actitudes a lo largo de la novela.
btw, no van a ver escenas de violencia ni nada por el estilo, solo son los recuerdos de la protagonista :)
