Manifiesto de crecimiento decreciente

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Desde que llegué al...
Nuevo respiro de necesidades,
Mi padre no ha dejado de recitarme sus lecciones de moralidad
Y bromas generacionales;
Que sinceramente,
Me hacen creer que vivo en una olla de presión,
Probablemente en la de mi abuela que explotó embarrando hasta el techo de sopa.
Desbloqueo recuerdos de infancia.

Cuéntame todo,
Lo que me guste y lo que no,
Solo estoy yo aquí .
Cómo contar lo que verdaderamente soy
Ya que mi generación dice ser de cristal.
Y me siento presionada a ser lo que esperas o esperan,
Porque si por algo estoy aquí es gracias a.

Hay que ser más primermundista,
Hay que ser simple.
Hay que aceptar como vinimos al mundo.
Con nuestros tonos de piel y color de pelo.
Con nuestros ojos, con nuestra cara.
Con nuestro único par de aretes (¿en serio?)
Con nuestra piel hecha un lienzo vacío.

Sin con esto no me amo,
Siendo una agenda en blanco tampoco lo hice.
Insisto,
En que se dejen de pedir conversaciones sinceras y pensamientos liberados cuando
Imponemos sin querer queriendo sobre el semen que hicimos humano.

Insisto, recalcando que mi cabeza,
(Grande o pequeña según opiniones)
Además de para sentir dolores que a veces no sé de donde vienen,
No está solo hecha para regirse por eras,
Por gente acomodada a sus propias manías
y maneras.

Mi manera, sana o no.
Mala o buena,
Linda o fea,
Niña o vieja.
Si no es mía
No será de quien la inventa.

IzteriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora