Vino directo en vena.
Me sentiría contigo,
cercana a una ópera en Viena.
Y me sentaría en rinconcitos claros para ver mejor los detalles,
Y en oscuros para escuchar mejor los respiros desesperantes.
No saber si cruzar o no las piernas,
Mover los dedos nerviosamente quiero.
Esperar a que pasen los segundos
En un mundo gobernado por correr en cámara lenta,
Solo pasan minutos.
No rezaría a dioses, muertos, espíritus.
Ni siquiera a vivos.
Mi creencia siempre ha sido la realidad artística de las duchas calentitas,
Hasta verme la piel rosada
Y el humo en el ambiente.
Los espacios cerrados provocan claustrofobia solo si quieres
