chapter nine; rescue

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La aparición había sido perfecta, pudieron adentrarse en el recinto de la gran mansión sin ser vistos, y eso pocos lo conseguían.

James sacó su varita llevándola escondida tras de sí, y Sirius imitó su acción.
Delante de ambos iba caminando Dorcas con sigilo para poder estar bien escondidos y aparecerse adentro de la mansión.

Meadows caminaba de puntillas para esconderse tras de una pared sin ventanas, cuando los tres llegaron a la misma altura, extendió su mano al centro para que los otros dos restantes se la dieran, y aparecerse así dentro de las mazmorras de la casa Malfoy.

En lo más bajo de la casa un frío gélido helaba los huesos de quienes estaban allí.
No había luz, solo estaban a oscuras excepto por una vela que flotaba en medio del techo.

No mencionaron el lumos pues sino los Malfoy se darían cuenta que tenían invitados.

Sirius ahora encabezó el grupo caminando por las diferentes celdas vacías.

—No está, no hay nadie.— susurró Sirius mientras se acercaba a ellos.—Mierda, ¿qué hacemos?

A un lado estaba la salida de las mazmorras con unas escaleras demasiado empinadas que daban a la sala de estar de la mansión.

Dorcas colocó su dedo índice sobre sus labios haciendo un ademán de que se callara.

Los tres despacio se acercaron a las escaleras subiéndolas despacio y agachados para no ser vistos.

La voz rechinante de Bellatrix Lestrange se escuchaba por toda la mansión, sonando en un tono muy alto su risa macabra.

—¡Habla!—gritó la Lestrange. Un murmullo se escuchó de negación.—¡Maldita Traidora!

La varita de la Lestrange se alzó mientras gritaba: Crucio.

Un grito muy agudo se escuchó por toda la habitación mientras Bellatrix se reía aún más alto.

—¡No te diré nada!— siguió diciendo la chica, Jenna.—¡Sabes que no lo haré, mátame si quieres!

Bellatrix se volvió a reír mientras enredaba su varita en su pelo rizado.

—Vamos Peverell.— colocó su mano sobre la mejilla de la chica.— Me da igual matarte o hacer que pierdas la cordura.

Una risa amarga se escuchó, era Jenna.

—¡Me importa una mierda!— escupió en la cara de la que un día fue prima de Sirius.— ¡Yo me sacrificaría por mis amigos!

Bellatrix volvió a reír, como si verla sufrir ante sus ojos fuera lo más divertido.

—No te preocupes, acabarás muerta.

Sirius no podía permitir eso.

Y aunque ser un Gryffindor implicaba ser valiente, tenía miedo a lo que podía pasar.

Dorcas agarró el brazo del Black cuando vió que este se iba a levantar para comenzar a atacar.

—Dorcas, déjalo, lo conseguirá.— confió James.
Colocó sus gafas y dedicó una media sonrisa a la mujer negra.

Esta asintió y soltó el brazo de Sirius.

—¡Si no vas a decir nada acabaré contigo ahora mismo!— Gritó Bellatrix mientras alzaba su varita. Jenna cerró sus ojos con fuerza, rezando que aparecieran para salvarla.

—Y una mierda.

Sirius corrió hacia ella y con un hechizo la atacó.

La varita de Bellatrix salió volando por los aire mientras miraba al Black.

✔︎ ALL I WANT | Regulus A. Black Donde viven las historias. Descúbrelo ahora