1 de la madrugada, bajo la tenebrosidad de la noche, por una calle oculta de Keplog, la plena capital de Jhuiktisenh. Todos (o, mejor dicho, todas) habían caído dormidos con anterioridad. Excepto la hermana mayor, de 17 años, María, quien, en su compartido dormitorio, finalizaba su proyecto de Diseño Gráfico. Se escucha un ruido. Era su hermanita menor, de tan solo 7 años, Paloma. Se encontraba en la puerta.
-María, balbuceó, rascándose el ojo derecho y apoyándose en la puerta para no caer.
En ese momento, la hermana mayor se vio obligada a dejar de lado su escritorio para centrarse en su dichoso rol. Un cargo de hermana mayor del cual no se podía olvidar.
-Sí sí, lo sé, mi vida, susurró, mientras que se acercaba dulcemente a su hermanita. Ya sé que no puedes dormir, pero todavía los papis no han regresado. Prueba, como te he dicho, cerrando los ojitos y contando los numeritos que sabes. O incluso, intenta hacer sumas y restas, y ya verás que caerás dormidita enseguida.
-Pero no quiero, exclamó la niña. ¡Solo quiero ver a mamá!
Ahí, María tomó un suspiro, y se sentó al frente de su hermana. Todo lo que hay que limitar (como estudiar sin parar) para ser una hermana adecuada, pensó.
-Ay, mi Palomita, musitó, mientras que con su mano derecha le acariciaba la cabeza.
Paloma se acuesta bruscamente en el suelo. La fatiga no la dejaba mantenerse en pie. Bajó la cabeza, y se veía que estaba dispuesta a llorar en cualquier instante.
-Mira, prosiguió María, llamando la atención acariciándole con docilidad la barbilla. No puedo hacer que papá y mamá lleguen, pero si quieres te puedo prestar a Cloe y a Colón, para que te acompañen. Pero solo por esta noche, y ten mucho cuidado ¿de acuerdo?
Cloe y Colón eran unas muñecas que se encontraban en la mesita de noche de María. Son muñecas que el exnovio de María, Ángel, le había regalado, casi un año atrás. Cloe representaba la pasión; y Colón representaba la memoria. Fue un regalito justo antes de fallecer a causa de un accidente. Desde entonces, María ha cuidado con su vida esos muñecos, y nunca los había dejado tocar a nadie más. Sin embargo, debido a la hora y a que tenía que continuar con su proyecto, no encontró otra manera de calmar a su hermanita más que prestando aquellas muñequitas, que Paloma tanto quería coger desde siempre. Lo más probable es que en cualquier otro momento, a María no se le pasaría por la mente prestarle los muñecos, aunque al parecer las tres tazas de café que se había bebido no le estaban haciendo mucho efecto, por lo que estaba demasiada dormida como para pensar en algo más razonable y que no arriesgara la vida de sus marionetas.
-¿En serio? ¡Sí!, evocó la pequeña con mucho entusiasmo.
Entonces, se levantó veloz a tomar las muñecas, y de ahí salió corriendo de vuelta a su cuarto, riendo como un bebé. Es como si de la nada una chispa de energía le golpease, se dijo a sí misma María, con una leve voz de arrepentimiento. Chequeó su celular. Era casi la una y cuarto, y todavía no había señal de sus padres. De hecho, tampoco había señal de su hermano menor de 15 años, Satanás, quien en principio habría salido de fiesta con unos amigos. Satanás le preocupaba más, pues sus padres le habían advertido de estar de vuelta antes de las doce y media. Le llamó por quinta vez en la noche (y como las anteriores, no hubo respuesta alguna). De la misma manera, volvió a llamar a sus padres por tercera vez. Nuevamente, nadie contesta. María ya se estaba agitando. De su hermano podía entender que no le quisiera contestar al teléfono, porque al fin y al cabo María sabía bien que Satanás era el típico adolescente "malote" quien solo se preocupaba por encajar con los demás. Un par de meses atrás, María lo había pillado fumando y bebiendo alcohol con unos amigos, aunque decidió hacer la vista gorda para que luego no fuese castigado. Mas, personalmente, se lamenta de no haberlo delatado, ya que bebe mucho más que antes, y sus notas en la escuela van de mal a peor. Además, sus padres no están al corriente de nada. Y justamente, son ellos quienes más le tienen preocupada a la joven. Ellos (sobre todo su madre) siempre contestan al teléfono, se encuentren en la situación en la que se encuentren. En torno a las ocho habían partido a cenar con unos compañeros, y no había pista de ellos desde entonces. María andaba demasiado cansada como para seguir estudiando lo que fuera, y dado a que, afortunadamente, al otro día era domingo, y las circunstancias en la que se encontraba con respecto a ser la hermana mayor responsable, finalmente decidió no perder más tiempo, dejarle un mensaje a su hermana de 13 años, Eva, avisando de que se iría un momento para que así ella pudiese cuidar durante unos treinta minutos a sus hermanas, y salió hacia la casa en donde se habría organizado la fiesta de Satanás. Por suerte, sus padres le habían obligado a darles la dirección, y, casualmente, María había estado escuchando cuando Satanás se los dio. Puso la dirección en su móvil, el cual le indicaba que la casa se encontraba tan solo a diez minutos (aunque justo antes se bebió un último café, esperando a que aquel le hiciese efecto para que así no chocase con el auto nuevo de color magenta que sus padres le habían regalado por el día de su cumpleaños). Cuando llegó al lugar, el cual se pudo muy fácilmente reconocer gracias a una enorme cantidad de lámparas y linternas que se encontraban encendidas en la casa, tocó un par de veces a la puerta. Al principio, nadie le quiso abrir, pero al poco tiempo consiguió ingresar. Era una casa relativamente grande, y se lograba reparar el color negro oscuro de las paredes. Lo primero que vio, naturalmente, no le llamó la atención. Todos los invitados se encontraban tirados por el suelo y por los sofás. Aunque por el momento no había señal de Satanás. María decide salir hacia el jardín. Tan solo se encuentra a unos muchachos fumando y riendo. Entonces, se choca con el amigo de Satanás.

ESTÁS LEYENDO
Amor De Hermanas
Научная фантастикаEn un pais de fantasia controlado por un gobierno autoritario, 4 hermanas deberán resolver el misterio de la desaparición de sus padres, dos filósofos y científicos importantes; y de uno de sus hermanos, escapando de agentes del gobierno y de una or...