Capítulo dos.

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Conter con todas las ganas de maldecir cualquier cosa que se moviera, no se contuvo. Mientras iba soltando groserías al aire, tomó la muñeca de Aquino, llevando su mirada a todas las islas posibles, dirigiéndose lo más rápido que las piernas de ambos les fuera posible hacia una isla con el bioma de jungla, no tardando mucho en divisar como algunos otros jugadores buscaban llegar también a aquella buena isla.

Con algo de estrés encima, Conter trató de acortar el camino lo más que podía, Aquino por su parte, analizó un poco lo que su compañero estaba tratando de hacer. 

— ¿Tenemos que llegar antes que otros? — Cuestionó Aquino con un tono de voz agitado, recibiendo un solo asentimiento de parte del albino quien seguía tratando de utilizar bien su agilidad pero siendo algo torpe gracias al castaño.

Una vez que recibió respuesta, Aquino comenzó a acelerar su paso y se soltaba del agarre de su amigo, para que no fuera problema que los dos estuvieran corriendo para alcanzar un buen lugar y no morir tan rápido. 

Justo cuando Conter pensó que estaban con muy mala desventaja, agradeció que lo tomaran como uno de los tryhards, pues aquel dúo, al ver como corrían aquellos dos buenos jugadores a reclamar la isla, se asustaron un poco, haciendo que uno de ellos se detuviera en seco, recibiendo la mirada desconcertada de su compañero. Y aunque Conter se sintió mal por hacerlo, aprovechó aquella distracción para meterse al puente e ir directamente hacia la isla, siendo seguido por un Aquino que seguía demasiado agitado y cansado como para notar lo que su amigo había hecho. 

— ¡El pvp no estaba activado todavía! — Se escuchó el regaño que le estaban proporcionando al jugador que se había detenido. 

Solo ahí fue cuando Aquino comenzó a recapitular lo que había pasado, aún sin entender del todo las cosas y escuchando de fondo como el dúo comenzaban a buscar otra isla para reclamar. Conter por su parte, pudo apreciar en primera fila como la isla de la jungla ahora era de ellos, siendo recibidos por un cartel con sus dos nombres en color naranja y verde, siendo anunciados como los dueños de aquella isla. 

Aquino sólo atinó a suspirar con pesar mientras se tiraba en el denso pasto, sintiendo las ganas de descansar al menos un minuto después de que hubiesen corrido bastante trayecto. Siendo seguido por Conter, quien se quedó a su lado pero sentado, viendo de reojo al castaño. 

— ¿Realmente no sabes cómo llegaste aquí? — Cuestionó su amigo, aún confundido por las palabras ajenas, dando una mirada de soslayo al menor, quien solo se encogía en su lugar, negando con su cabeza de forma leve. 

— Ni siquiera sabía que existía este lugar. Mas bien, ni siquiera sabía donde estaba antes de llegar aquí. — Musitó tratando de recordar algo antes de ese suceso, pero absolutamente no podía recordar nada, tenía un sentimiento de incertidumbre en su pecho cada vez que trataba de repasar entre sus memorias. 

Conter se quedó pensativo unos segundos antes de que se dirigiera nuevamente al castaño con una pequeña sonrisa para transmitirle confianza y paz, algo que el castaño agradecía de antemano a su buen amigo. 

— Bueno, prometí que te iba a explicar. ¿No te suena "las esperanzas nunca se pierden"? — Cuestionó de nueva cuenta, recibiendo un asentimiento ajeno. — Bueno, en resumidas, tendremos que sobrevivir y siempre mantener la esperanza. Según dijeron, quienes mantienen la esperanza ante adversidades, son los perfectos, la verdad es que eso no lo entendí. — Divagó hasta sus últimas palabras el albino. 

"Mantener la esperanza". Repitió Aquino con un hilo de pensamientos.

Se quedaron en silencio bastante tiempo, un albino tratando de pensar en estrategias para sus próximas jugadas y desafíos. Y un castaño con la mente en otro lugar, sintiéndose ajeno a todo lo que estaba sucediendo.

Sabía lo básico del mundo. Que podía o no hacer, como se conformaban las islas y que debían sobrevivir en aquel lugar extraño. En eso, recordó algo importante.

— ¿No les explicaron lo de las cuevas sagradas? — 

— No, yo también me quedé con la duda, tal vez deberíamos preguntarle a Perial. —

— Mhm, después, supongo que por ahora debemos hacer un refugio para pasar la noche. — 

Y con las palabras del castaño, comenzaron a organizarse para sus aventuras y trabajo en equipo que habían estado anticipando desde el momento en el que se reconocieron por aquel lugar. 

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⏰ Última actualización: Sep 27, 2023 ⏰

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