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La noche de bodas JungKook estuvo muy nervioso, sin saber cómo actuar ante TaeHyung. El alfa conservó la calma en todo momento, luciendo tan experto ante él, y JungKook se preguntó con cuántas omegas habría estado antes.
Fue amable, paciente y dulce. Se encargó de prepararlo bien para que lubricara y se dilatara, y luego de marcarlo, lamió su sangrante herida. Hasta lo acurrucó a su lado, acariciándole el cabello y abrazándolo contra su cuerpo. JungKook durmió muy bien en brazos de TaeHyung, sabiendo en ese preciso instante que su lugar era junto a su nuevo alfa. Esa perspectiva no sonaba un poco mal en aquel momento.
Tampoco sonaba mal en la actualidad, mientras escuchaba a TaeHyung gruñir detrás de él, moviendo sus caderas contra su culo. JungKook gemía con cada nueva embestida, sintiendo la polla de TaeHyung abriéndolo con facilidad. La habitación entera olía a sexo, sudor y feromonas: el omega estaba en su cuarto día de celo, ya a punto de finalizar, así que debían aprovecharlo lo más posible. Los días de celo eran su período más fértil, por lo que TaeHyung se aseguraba de anudarlo lo suficiente para que el útero del omega recibiera todo su esperma.
JungKook, tan agotado como estaba, no se corrió esa vez, pero si sintió el nudo del alfa en su ano. Gimoteó por el placer, aunque también por el leve dolor: su entrada se encontraba un poco irritada por la cantidad de veces que lo hicieron. No sabía dónde entraría más semen, además, se sentía demasiado lleno y con el vientre hinchado. No le sorprendió cuando TaeHyung se quitó, minutos después, y el semen se filtró fuera de su agujero.
Cayó boca abajo en la cama, tratando de recuperarse y oyendo la respiración agitada de TaeHyung. El alfa también debía estar cansado por hacerse cargo de él.
― ¿Cómo te sientes, bebé? ― Preguntó TaeHyung, minutos después.
― Duele ― Murmuró, sin pensarlo, antes de mirar a TaeHyung. El alfa tenía una expresión sorprendida.
― ¿Qué? ― Dijo― ¿Te... te hice daño? Por dios, KooKoo...
― ¡No, no! ― Se corrigió, confundido por el celo. No sabía bien lo que estaba diciendo― No, eso no... Lo siento, alfa ―Se puso a lloriquear, aturdido― No quería...
― Shhh, shhh ― Jadeó TaeHyung―. Deja que te revise, KooKoo.
JungKook soltó un quejido en señal de protesta, pero se quedó quieto al sentir las manos de TaeHyung en sus nalgas. Con demasiada vergüenza, dejó que separara sus mejillas traseras, observando su entrada. Debía seguir abierta y cubierta de semen.
― Está un poco irritada ― Se preocupó TaeHyung ― Kook si no querías...
― Siempre quiero, siempre quiero ― Protestó JungKook. No le confesaría que le gustaba tener sexo con él en sus celos, porque TaeHyung era más atento y cariñoso― Estoy bien.
TaeHyung no se veía convencido, por lo que se bajó de la cama para ir al baño. JungKook comenzó a sollozar, sensible por el celo y sintiéndolo como un rechazo a su omega, y ni siquiera se calmó cuando TaeHyung volvió, con una crema en sus manos. Era una pomada.